Lloran las hojas sobre la hierba verde
Y en el pantano queda su tristeza sepultada.
Lágrimas en los minutos
Goteando de las manecillas del reloj
Que al silbido del aire se siente y vuelan
Entre el filo del crepúsculo opaco
Y del ojo de la tormenta que las impacienta.
Luego caen, caen como hojas secas sin espíritu
Y yo las veo caer en silencio,
Como un triste pasaje de sus vidas
Que las lleva sin abrir los ojos a respirar a su
Pantanosa penumbra.
Ivette Mendoza
2015
