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viernes, 28 de diciembre de 2018

Ensueños soñados

Ensueños soñados
cruzan salvias superpuestas.
Flores floridas
florecen suspiros nocturnos.
Sílfides asombrosas
llenan mares cristalinos.
Tropicales cumbres
amasan eternidades.
Cuarzos candentes
predicen tiempos proféticos.
Cinceles torrenciales
pintan frondas biónicas.
Soles insipientes
rasgan árboles agonizantes.
Voces fluorescentes
aromatizan silencios púrpuras.
Jades translúcidos
desentonan el suave terciopelo.
Versos que forman la vida,
rimas que exaltan la mar,
dioses que bendicen la poesía.
Ivette Mendoza

martes, 25 de diciembre de 2018

Tan obvio el misterio

¡Tan obvio el misterio!
¡Tan triste, lo triste,
colgando en las sienes!
se recarga en tu mirada,
y le sopesan los años;
el alma lo conoce
y dice: “Ven palpa, el misterio.
¡Rebánalo! Como la manzana”.
Pero el misterio se esconde,
tan obvia amarga armadura,
su encierro, su misterio
mayor, absoluto.
Lo que resulta son incógnitas,
cuadradas, olor, fosforescer,
resolución análisis, manzana,
a la brisa y al llano oscuro.
Ivette Mendoza

Escucha

Escucha, melancólico corazón,
no silencies la ilusión.
Suave brisa es tu amiga  
triste el pináculo de la razón.
Parabién noche fría y fatiga,
de hierro duro a perdón.
 Ivette Mendoza

viernes, 21 de diciembre de 2018

Oh alma y luz

Oh alma y luz de
mística inocencia
enérgica en tu inmensidad infinita
sin embargo ataviada de misterios
más allá de lo ideal y de todo lo mundano.
Oh alma y luz de
mística inocencia             
hiciste del cuerpo
la morada nuestra y de la luna
y las estrellas,           
al poeta.
Ivette Mendoza

martes, 18 de diciembre de 2018

Pintor

Pintor, Salvador
paisaje.
Tu ventana, cincel mayor,
es tan alargada,
que solo entra una mirada,
y una silueta menor.
Pinta, el adiós. 
Pinta gesto.
Por el óleo dispuesto,
!ay! y cómo pintaba,
el tiempo, 
el pintor.
Ivette Mendoza

¡Ay!, galleta de la fortuna

¡Ay!, galleta de la fortuna, dirige las cosas,                             
con voz absoluta , llega me abraza
¡Yo todo lo haría natural como hacen las rosas,
pero me ciega la luz de esta mordaza
de orden oscuro y obras siempre engañosas,
sombrío blancor ,vida y complemento,
ya me fatiga, dañoso sutil, eterno aliento,
algo escrito, algo transfigurado algo que pasa.   
Ivette Mendoza

lunes, 17 de diciembre de 2018

¡Oh!, Luz, apaga, apaga:

¡Oh!, Luz, apaga, apaga:
Juntemos nuestros corazones
bajo la sombra del almendro.

¡Oh!, sonido calla, calla:
Juntemos nuestros cuerpos
en el delirio del silencio.
                                                                           
¡Oh! rio, corre, corre:
Naveguemos juntos
que nuestras almas
se unen al rumor de las aguas.
Ivette Mendoza

miércoles, 12 de diciembre de 2018

Contorno de lo más puro

Contorno de lo más puro, rosa y elegía.
Tus soles de dos puntos, perfección,
en el génesis del mundo, mi corazón,
en la oscuridad acontece un largo día.
Nigromante el follaje en demasía,
de alboradas resultó densa evolución.
Boca y sed al centro: es geometría
mi error en buen trayecto: es creación.
Ivette Mendoza


lunes, 10 de diciembre de 2018

Bar-yardo,

Bar-yardo,
maravilloso beodo,
que hueles como un níspero
aroma en el etílico despilfarro,
y vigilan
tus ojos rojos
la garra-jarra
jugo de los diablos.
Bar-yardo,
gemelo cretino de Baco,
pero más acaudalado,
por ser un chamuco
de negocios y aventuras
y colores rojo y negro
Bar-yardo,
Inmortal embriagado,
ebrio bacanaleado,
ideal y dinástico,
qué cordura y qué locura
llamarte asesor.
Ivette Mendoza
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martes, 4 de diciembre de 2018

Coronela con cuarzo y una corona,

Coronela con cuarzo y una corona,
de corazonada, importante.

¡A lo americana, virgen! La reina de la fragancia.
¡A lo americana, Señor! la diosa, en sus vergeles.
¡A lo americana, bien! Una  vida en pixeles.
Un céntimo: ¡A lo americana, fierecilla maliciosa!

Abundante en la diestra de un beso amoroso,
terciopelo donde llega a enamorar el corazón
y apaga la sed que devora el alma.
Ivette Mendoza

lunes, 3 de diciembre de 2018

Al alcanzar la noche

Al alcanzar la noche
allá, en la lejanía, la sombra
de  tu cuerpo, tus ojos negros,    
destellos de placeres, como
penumbras de lunas luceros
donde el ansia junta las miradas,
y en el altar que tu pecho aclama
imágenes de ardientes lágrimas,
son tus ojos más misteriosos y fantásticos.           
Esa boca que yo he besado, vibra                             
como melodía que enciende la pasión,
y su sinfonía del mes de mayo,
su fuente de entretención.           
Enormes colas de nardos y azahares y     
muchas cosas nuevas en tu corazón,
oyéndose el suspiro que lo rasga,
y te vuelve temeroso.     
Cúspides cenicientas que se inspiran         
donde llega el ángel del amor y del silencio
que me recorre con su centelleo luz
y me cubre con la sombra de sus alas.
La  noche de romance, es  mi alegría,
no es un altar de frescas apariencias
son tus ojos negros que abrillantan mi espíritu en
la cumbre
y me lleva a contemplar amaneceres
y los labios que recuerdan,
recordarán mi muerte,
y silencio a mis despojos.

 Ivette Mendoza

domingo, 11 de noviembre de 2018

Meditación y remordimiento de economías

Meditación y remordimiento de economías
para el hambre y el rencor
no saben de su algoritmo de amor
ni de su demanda objetiva desbocada, su
taquicardia y su visión
hacia el mundo en evolución.
Detrás de todo desarrollo mundial
el aprieto de las masas
que indagan con los dedos la puesta del sol
sobre sus almas pende la ilusión
clara y fija
en su punto de equilibrio, quizás
o cuando exista la no razón.
Calla, y llévalas a tuto,
celebra lo que no se debe celebrar,
sujeta la vida como una bestia,
mientras nos quejamos de vivir o morir.
Ivette Mendoza
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domingo, 4 de noviembre de 2018

Cara, carita, de labios sol dorado

Cara, carita, de labios sol dorado,
labios frescos que sonríen, amor deseado.
Ojos pardos, agua cristalina, sueños puros,
bajo la luna diamantina, cielos claroscuros.

Despiertan, suspirando lo cierto y seguro.
Tú lo sabes, yo lo sé, labios que duermen
y sueñan talvez como una quimera roja,
como una rosa recién cortada una vez.
       
Oh cara, carita cuyos labios encantadores
yo he besado al derecho y al revés.
Oh fuego de labios rojos, amor mío;
oh lluvia de besos entre los sueños, albores.
Ivette Mendoza

martes, 23 de octubre de 2018

Vengo de la penumbra mal herida

Vengo de la penumbra mal herida
porque enrumba a la llama despierta
y de la llama despierta a la sabiduría
y de la sabiduría al renacer de día.
Todo se ha convertido en pecado,
vale cantar cuando todo te sentencia
vale demostrar como toda ciencia
la semilla de la pasión, lo malo olvidado.
Sigue, sigue torpemente pareciendo         
si quieres reír, ríe con clemencia
si huyes, huye como el necio embargado.
Como penumbra de fuego al enemigo
como parecer que ya voy pecando
pero voy pecando junto aquí contigo.
Ivette Mendoza

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Cisnes del fuego

Cisnes del fuego
que emergen de las espinas de las rosas
y sueñan en los grandes poesías
al compás de las rimas de sus canciones.
Y con sus negras plumas
puede entrar en la muerte
de manera muy sigilosa.
Era el fuego el aroma de Orfeo sobre el agua,
y era un bálsamo de amor la lluvia.
Yo iba entre sus alas con tu sonrisa
por el torrencial de encajes.
Ivette Mendoza
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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Pongo en tomo las ideas

Pongo en tomo las ideas
un pensamiento leve y decidido,
de toda virtud y fortaleza.
Me adapto
al otro lado de la vida
al contrario más incita.
Palpo un poema
esas letra giratorias
de solitario ritmo.
Escribo
el diminuto texto, casual
a deshora,
la música oculta
ya no siente lo que entrega
vertiente y añeja
sinfonía.
Ivette Mendoza

lunes, 3 de septiembre de 2018

Puntos de aguas imprudentes


Puntos de aguas imprudentes,
aguas sin dudas elocuentes,
en aguas de la luz: la lluvia nace
y de hierbas y hierbas crece.

Dan las aguas almas temerarias,
el milagro del alba transparente,
lados del ensueño congruente,
base de la idea sin duda estrafalaria.

Agua y más agua de la lluvia,
agita espectro de la memoria
henchida de miríficas victorias.

Sobre esas aguas la mirada lucha
y su piedad cobija y es mucha
que renace el agua en su gloria.
Ivette Mendoza


miércoles, 29 de agosto de 2018

Del valle, a la montaña,

Del valle, a la montaña,
por el ansia viva,
en la tierra,
de un labio junto a otro labio,
de orbita a orbita,
orbitando,
entre estrellas a soles estelares
indiferente,
reclamando,
si he perdido la dicha,
si se recobra con un beso,
si se recobra con la nada,
si es la lágrima terminada.
Ivette Mendoza

lunes, 27 de agosto de 2018

Rosa de rosa doncella

Rosa de rosa doncella
y mustia rosa vida,
donde del rosado helado
brotaba la rosa bella
de rosa amanecida,
mientras la rosa quebranto
rozaba sus mejillas
de rosa presencia alegría,
al abrir rosado y blancura
de intacto clavel melancolía
y rosada hermosura.
Ivette Mendoza
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lunes, 20 de agosto de 2018

Vírgenes de papel

Vírgenes de papel,
alucinando sobre la misericordia,
de monjes descorazonados.
Sin cuerpos, cuerpos llorosos
atados a las llamas de las lenguas.
Aquí ya no se puede soñar.
Ensueños de una realidad virtual.
Ensueños de dioses gastados.
De mares sin agua.
De mi cuerpo sin nombre.
Ivette Mendoza

viernes, 17 de agosto de 2018

Está el alma cargada de música

Está el alma cargada de música
en su hora noble translúcida
cuando la mañana inquieta
es el umbral azul de la arboleda.
Está el alma cargada de música,
una sinfonía tocaba desde lejos
al son de melancólicas arpas
mientras la tarde corría, sumisa.
Está el alma cargada de música
desde valles a las altas cúspides,
tronaban fulgores de voluble nácar
entre el oculto susurro de las aves.
Y ante un talentoso crepúsculo
está el alma cargada de música.
Ivette Mendoza

miércoles, 15 de agosto de 2018

El astro rosado

El astro rosado

El astro rosado mudaba en sueños en
El cielo despierto de un tiempo de seda y
Cabalgaba por la dulce cordillera:
De vidas sorpresas
De purezas floridas
De tierras a colores
De ríos de frutas
De líquida luz
De la sustancia insostenible
De hechos helechos
De insectos arcoíris
De caracoles luminarios,
Se abría de día y de noche
A perseguir las almas
En penas y las transformaba
En perlas criaturas.

A Rubén Darío

Dio su gloria y alma en letras.
Su pluma delineó sus sueños
En poesías, pintándolas de
Fluidas rimas asonantes y
Consonantes con matices multicolores.
¡Se oyen, se escuchan
Sus claros clarines de
Simétricas melodías!
¡Oh!,
Príncipe de las letras castellanas
Alumbras los castillos estelares
Y desde arriba con tu frente
Y puño en alto sostienes
La mullida luz de la victoria.
La historia recita tu lírico triunfo
Saludando la bandera azul y
Blanco.
Y ahora tu memoria
Arde y abre paso
Entre lagos y volcanes hacia la
Literaria inmortalidad.

Mi enigma

Habré de saber a qué he venido
A la vida,
Me pregunto reflejada a mis imágenes
A las que no puedo reconstruir.
Todo empezó cuando el barranco
De mi memoria hacía preguntas.
Esa sombra me perseguirá hasta en
El interrogante ocaso aun cuando
Se oculten los sonidos de mi carne.
He esperado tanto la antigua historia
Del espinoso camino y no fluye nada
En su reflejo.
Quizás fui sazonada de antemano.
Quizás yo no era nadie.
Quizás sea un enigma.

China Sea
Después de haber visto vasta inmensidad,
No solo mis ojos quedaron extasiados
Sino llenos de aprensión.
Batallones de aguas que de lejos
Miran con locura.
Inocente y perversa arcana que en
Su garganta se traga la vida humana.
Ilusorio azul, tersa bruma que venciste
La espada mandarín, algo que sucedió
Ayer y sucede ahora.
Contaba mis hora volando sobre tus
Tenebrosas aguas y valoraba mi preciosa vida.
Pero un monje me confesó que no
Era ni tan amorosa ni tan vengativa,
El conocía todas sus pericias.
Algo, algo me movía a seguirla
Contemplando, como qué con
Mis ojos al hundir en ella
Querían descifrar su húmedo universo.
Luego elegí darme por vencida
No podía guerrear con ella ante
Sus desmedidos secretos y misterios,
Yo era no más una aguja en un pajar.

Inmigrante Nica

Inmigrante sin terruño
Inerme sobre el nuevo suelo,
Detrás quedó la vieja puerta
Empapada en llanto y sudor,
Se apagó el aroma
De sacuanjoches silvestres
En el silencio azur de lagos y
Volcanes.
Inmigrante sin terruño
Inerme sobre el nuevo suelo,
De añoranzas extraviadas
Cargadas van las maletas
Que esperan promesas
O tristes fríos vacíos.

Recurre

En el hueco de mi mano posa
Un recuerdo adormecido
Sin alas ni suspiro que no vuela,
Ni deja de inquietar.
Jamás podrá ser borrón y
Cuenta nueva  porque aunque
Dormido, en mi alma quema
De encantos y de penas.
Fue un tiempo que alumbraba
La pasión abriéndose a la vida
Y las palabras llegaban al beso
Y  al asombro donde acarreaban
Fortaleza en nuestro amor.
En el hueco de mi mano posa,
La soledad de esta memoria que
Recurre como un fantasma
Buscando su  crepúsculo
Que no pudo en este
Mundo avanzar.

Como Mariposa

El hombre busca
La libertad del alma
Como vuelo de mariposa
En el viento cadencioso
Que esculpe el transcurso
De la vida.
Alma con alas de mariposa
Que de prisa se ilumina
Contemplando su belleza
Reflejada en la pausa de su prisión.
Liberación de fuego liberado
Buscando paz, buscando gozo iluminado,
Diáfana de ausencia estacionaria
Hacia la luz, hacia la calma
Con sus alas extendidas.
Alma mariposa afanosa espera
Salir o entrar al bosque existencial.

Alma, vida y corazón

Érase una vez el alma
Que prendía de fuego
Hasta quemar el corazón frío
Y rompía el lazo de su sombra
Y le daba cada día más brillo.
Y voló el corazón al viento,
Voló y voló estremecido
Y se convirtió alma en sentimiento,
Voló el corazón enaltecido.
Ahora los dos se anuncian a
La aurora, en un momento
Misterioso de terráquea ilusión,
Alma, vida y corazón.

Corazón Estripitoso

Tu corazón estrepitoso
Calma mis dudas,
Que selvático en mi cuerpo
Lo estremece y lo desnuda.
Juegas al amor salvaje,
Juegas al amor profundo
Y en el indomable tiempo
Has tocado mi amargo mundo.
Tocará su primera vuelta
Tocará muchas más
Porque al rebrote de su luz
No apagará jamás.
Tu corazón estrepitoso
Calma mis dudas,
Amor y amor, oleaje de una
Noche que canta y suda.

La Soledad del Neutrón

Hay tanta soledad en un neutrón
Que en su bamboleo queda
Descargado al aullido de la noche.
Hay tanta soledad en un neutrón
Que al buscar su libertad se sonroja
Ante su vaporosa congoja.
Neutro explotador leal a las tristezas
Dentro de su ilustre señorío,
Soledad que agita a la humanidad,
Sin piedad.
Ardiente naciente nacido elocuente
Soles que fusionan encadenadamente,
Soledad que deslumbra el presente,
Y se arroja.

Fusionados

Entre el lejano pasado y el futuro
El puente itinerario de mi vida,
La viscosa memoria de mi historia
El silencio de la nada en su gloria.
El pasado lloraba impaciente
Pensando a donde él iría y un
Miedo lo embargaba en su mente,
En su rutinario andar día a día.
El futuro fusionado en esperanza
Lo consolaba tiernamente
Atravesando ese sombreado puente
Que lo hizo madurar en el presente.
Y el ahora es un adiós y una ardiente
Bienvenida, el rayo que ilumina
El cielo y la tierra de esta aventura
Hermosa trabajosa y algo dura.

Desdobladamente

El pasado moribundo e inservible
Como mugriento y sarroso eco
Disfuncional quedaba
Al mar abierto
Estrechando su locura.
Envejeció dentro de un velero
De avarientas y febriles criaturas
Que negaban su pretérito
Al terminar su travesía.
Y arrojado al sepulcral oceánico el
Pasado inútil se hundía sin ninguna vela
En las tormentosas aguas
Y sin ancla.
Luego todo se ajustaba al momento
Hasta el hundimiento permanente
Y las marinas espumas
Alejaron la maleza  y reverenciaron
Al presente que desde lejos lo vieron
Venir desdobladamente.

Florecilla de Jazmín

Eclipsante florecilla de jazmín
Brota su aroma encendida
Mientras los soplos del alba
Esparcen su canto blanco.
Terso sueño inconfundible
Que plantó Dios en el jardín
Adorna dulcemente enamorada
Hasta pulir amor y gratitud.
Atractiva espontaneidad del sol
Que a su cuerpo hace renacer
Con hermosura y sin presunción
Donde hoy es flor, mañana luz.
Ama al aire, ama al amanecer
Y a la tierra que la ve nacer,
Ojos de nácar blanquecinos
Sembrados en pureza derretida.

La voz del grito

Sobre el enorme sigilo de la
Inverosímil noche estrellada
Un grito profundo desde mis entrañas
Pide sin penas ni reproches:
De la palabra el libre pensar
De la vida la felicidad
Del corazón el amor sincero
Del pensamiento su sabiduría
De cada verso su rima existencial
De la historia una leyenda mitológica
De la conciencia la libertad
Del lastimoso viento el olvido
Del verde follaje la esperanza
Del poder su humildad
De la oscuridad la luz
Del mar su quietud
De la agonía la dicha
Un grito que de gozo llora,
Y su voz presente está.
Ivette Mendoza