El espejo

El espejo que tiene la soñolienta
realidad del incorpóreo suspiro

creado por la tierra
para que mis ojos
contemplen su frescura. 

El espejo que coexiste venciendo,
metáfora de vencer se rompería,
se rompe continuo. Su grafía
también existe así,
sonoro e iluminado. 

El movible espejo
de clara superficie,
filoso y juvenil:
el espejo y el reflejo.

Ivette Mendoza

El jazmín, blanco del jardín

El jazmín, blanco del jardín,
y la rosa maravillosa hasta el fin,
el girasol de casto resplandor,
la hortensia en su clemencia,
¿Cuál será la más vistosa ante el sol?

El clavel en su vergel enamorado,
el narciso con su encanto sumiso,
la enredadera mezclada de amor,
la flor de loto cariñosa.
¿Cuál será la más vanidosa?

Que la dalia o la margarita,
¿Cuál será la más bonita?

Ivette Mendoza

Alma desabrida y misteriosa

Alma desabrida y misteriosa
domina agua de fuego,
jamás entra en apego
solo piensa en ser gloriosa:
en cada pensar la fiel eternidad.
y contenta en su hermandad,
medita toda para su lección;
y aunque es corta su misión,
llega a ser, desengañada y llana
junto al corazón.

Ivette Mendoza

Reflujo de mi corazón no espera la huida

Reflujo de mi corazón no espera la  huida,
sobre las huellas que deja su llama incierta
en el silencio, el olvido es la semilla discreta
desde el sueño que la vuelve hacia a la vida.

La luz del fuego en agua clara desconocida,
chispa que desde la hoguera desconcierta
mansa y florecida de noche y de día abierta,

mi corazón era invisible sin ninguna herida.

Con tu savia confundida irte conociendo,
junto al borde de ese río azul que persigo,
por ir contenta, te acompaño asumiendo.

Amargo como el arroyo somnoliento, fustigo
rugir al final en el tosco son de un mar riendo
y al verlo de cerca, somos no más dos amigos.

Ivette Mendoza

Corazón silvestre

Corazón silvestre, poetizado

por la rima en el blanco matinal

del paso leve,

lo inspirado burbujea,

lentamente, destellado por

el alba,

se conforma

lo igualmente prometido,

perfecto

mundo

dilecto.

Ivette Mendoza

Vidas de este minúsculo escoger

Vidas de este minúsculo escoger donde observo
lo lóbrego del frio, la trova de las grafías ajustadas,
el énfasis de la cadencia, la curva yerma de los objetos
zigzagueando con su anémico aroma de rigores mancos.
Burlonas amatistas más allá del infinito, cerca de su acústica,
concéntricas aguas de la ruina y el manantial,
perturbación azul donde el saber se enfatiza y se venera
a esta corazonada continua, gotea en la hiel de su inclinación.

Ivette Mendoza

Tiempo, zurcido como lunas

Tiempo, zurcido como lunas, en

artesanas

manos, algunas.

Arte sana, blanco

perfil de hermana, virtual

de ensombrecidos pixeles

que navegan como pequeños

peces.

Arte acústica

de punta en punta,

hebilla diagonal

a nosotros

sobre

los leves, tan leves

agujas

de corazón.

Ivette Mendoza

La poesía como destello en mi corazón

La poesía como destello en mi corazón,
mi poesía rutinaria,
la contienda con las letras.
La poesía, lo perpetuo, lo Ilógico, el todo,
es sólo un caudal de tinta que brota de mis dedos
y me entretiene.
Es la esperanza de mi vida terrenal,
de los ensueños impresos en la almohada,
que como la marea vienen y van hacia al olvido,
a la morada infinita.

Ivette Mendoza

El lotus de la mañana

El lotus de la mañana
traza hilos de oro
con la fervor del rocío
en el paisaje del alma;
incesante prueba,
del amor y del placer,
que cree estar soñando.
Nunca ha sido agridulce
para lograr caricias.
La razón de la vida llega
festejada con grata ilusión,
un ahogado silencio,
como única dicha
del beso furtivo
que dura para siempre.
Ivette Mendoza

Mujer simplemente perfumada

Mujer simplemente perfumada en
fragancia de valor, el retoño de la flor
en nombre del amor que ha conquistado

alegrías para un mundo mejor.

Como la esperanza callada del fuego que

enciende segura ante la aurora despierta.

Vuelven los días del abrazo fecundo

donde no finge el corazón ni la mente,

ni la huérfana luz que nos logra

cegar y nos hace doliente.

¡Oh mujer de eternos caminos!

fecundan tus jardines con tus hijos

fieles que liman las cadenas cuando

te encarcelan los asesinos, los hombres

crueles.

Perfuma la perfumada mujer que lleva

un tesoro, su alma de oro.

Perfuma la perfumada mujer hermosa

y valiente con su consuelo ferviente.

Ivette Mendoza

Rocío de la madrugada

Rocío de la madrugada, imponderable

para cultivar ternura: tan sólo lluvia
al corazón, que duerme en la rosa.
Como fruto del amor que aún tiene
la existencia de la materia en su magia.
Claridad de la dulce mirada que llega
de una sola vez y para siempre. Ansias,
de tenerte, de saciar la sed de los siglos

tomando de la brisa amores de la vida.

Ivette Mendoza

Horrenda masacre de familia nicaraguense

OEA: Asesinato de familia en Nicaragua es crimen de lesa humanidad

Esto es imperdonable

https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/467286-oea-familia-asesinada-nicaragua/

Papiros impresos en rayos láseres

Papiros impresos en rayos láseres.
Se imprimen y se envían
se embalsaman para muchos
como el Faraón en su propia vida.
Letras decoradas en mirra y marfil
bibliófilos, glicerina y microondas
con  correos electrónicos y con almas
con RAM y con monitor.
Arrugar y congelar culturas
en vida antes de otras vidas
calabozos, tumbas, esculturas
como el mejor sueño de José.
Alfombras de plumas voladoras

como pájaros en competencia
más veloz que el tiempo en el viento
mas fuerte que La Esfinge

que mastica el acero duro

en su propio holocausto
se tiene más y más o

se tiene menos y menos

se lanza la vasija dentro del fuego

¡Despierta que solo es papiro!
que venció la nueva era de un tiro
convaleciente del uranio caprichoso
que unge sangre por dinero
y la realidad de todo esto

es que el amor nuestro

se deshizo de toda imposibilidad.

Ivette Mendoza

Soy un pacto sin acuerdo

Soy un pacto sin acuerdo

ante toda sombra que me cobija

y los ciruelos y manzanos

ante toda hostia y ceniza.

Soy cereza

ante todas las libélulas

y los ruiseñores

ante la idea germinal dentro de la carne

y sus matices indescifrables. 

Soy el minuto contenido dentro de años

ante toda la poesía

y sus virtudes
ante las nueces

y las salamandras 
pan y vino

ante tu presencia viva

y los errores. 

Solo sé que soy

lo índigo de tu alma.

Ivette Mendoza

Jazmines y lirios de esplendores obscuros

Jazmines y lirios de esplendores obscuros

El rostro del sol en espacios ultramarinos
Amor que intuye bajo la noche exasperada
Canto entre olas, las sonámbulas olas
El cielo amoroso y su luna primaveral

Seductora mirada ante angelical mañana
Letras poéticas dentro de un nácar diáfano

Entrega y compañía junto al susurro del trigal

Ivette Mendoza

Viva Nicaragua Libre

Un sueño sonriente

Un sueño sonriente

se alimenta de la nada

todo en foresta

de alma desesperada

que vibra de noche

su magia irreal

para vivir la simple

intensidad del amor

fantástico amanecer

con fuego de batalla

que abre la ternura

en un paisaje final

de rosa de luz palpitante

con soles que arriman

muy cerca de mí

hoy y antes

hasta alcanzar

la esperanza

que nunca se acaba.

Ivette Mendoza

Universos de góticos crepúsculos

Universos de góticos crepúsculos
cielos púrpuras con ángeles de oro

híbrida hoguera entre la flauta y el clarín;

en sus verdes entrañas, una pausa

a su aventura ya silvestre y calcetín.

Plata, seda, cierre de la máscara,

con su energía cibernética acabada
visitante autorizado fue una vez,

llegó y se fue columpiando la palabra

en su curso antibiótico polvorín

de su amo gótico que era un diez,

de migajas agrandadas

para lento parecer

por apostar la sonrisa subordinada

con un te quiero forzado a la vejez,

que ya en otro tiempo sorteaba

sombras y miradas

se tornaba ocre, se tornaba al revés

en la gruta de una galaxia helada

que sufría de asfixia en la memoria

era un mundo en llamas

era un mundo de trapo con estrés

era el oleaje de sal

que partió en dos Moisés.

Ivette Mendoza

Llama

Se activa, en su cuarta dimensión,
llama viajera, mutación calorífica,
llama viva, muerta, e inmensamente libre,
se disipa, se enciende en un día nublado
llama acelerada, azul, alma renovada,
llama blanca, llama roja, llama eterna y cegadora

que encubre las verdades y las mentiras,
pero la llama demuestra su intensa luz batalladora,
y cuando se apagan las penas, ilumina fielmente,
llama de oscuridad, aparece en rincones encantados
sí, tremendamente sola y viva y libre,
bajo el destello de oro, y por la inocencia

que sólo es eso, llama, llama en el corazón atesorada.

Ivette Mendoza

Mares de recuerdos

Mares de recuerdos
en alianzas con el universo oscuro,
el ocaso duro y su desacuerdo,
cuando la noche se pronuncia
y el tiempo lo reclama o lo anuncia
como claridades de luna y el mutuo

conjuro que definen su silencio con fiereza.
Dónde sudara el alma
en cada verano que nos queda con su

olor a fresa.

Ivette Mendoza

Dormir bajo tu luz y vivir

Dormir bajo tu luz y vivir,
latir dentro del corazón y sonreír.
Dejar caer el sueño en la grieta
y ver mi soledad reflejada en el ayer.

Acariciar tu rostro y sentir su frescura
solo sé que así el amor perdura
cuando lo llegas a rememorar,
aunque no lo puedas ver. 

Dar la mano y acompañar
por los senderos de la pasión

en el largo trecho del soñar.

Amar, amor, amanecer,

cómo derribar el espacio y el tiempo

para poder llegar a ti
en el tangible devenir.

Amor y ensoñación, dolor

que en el cielo se escribió sopor.

Resistir ante la tentación

de toda palabra amargamente

endulzada y esperar.

Ivette Mendoza

Nicaragua Nicaraguita

Conoces el ímpetu

Conoces el ímpetu
de toda la vida
como cadencia
de recoger lágrimas
y pensamientos.

Conoces delinear misterios y
develas los días de ensueños.
Como, difícil saberlo.
Lo digo: son tinieblas
de inmortalidad o miedo.
Este anochecer

contemplaremos ilusiones.

Ivette Mendoza