Ahora, rojo ensordecedor es el perímetro de una gota de lluvia
Ahora, rojo ensordecedor es el perímetro de una gota de lluvia
rúbrica y perpleja, que se agolpa en la esperanza ciega,
tratado de dominar los hiperbóreos espinosos inapelables,
y en cuya sombra empaña el ronroneo de luz agonizante
hacia su frente divina en el enjambre del aturdimiento
que como oruga crece entronizando la piedad agotadora.
Y fuimos enraizando al camorreo de escuadras sigilosas
para inmolar ese amuleto y distraer su falange indómita,
para regresar a mi punto de partida a veces, borrada,
para firmemente fluir en un dietético amorío aunque visto
por fuera, extendido desde su fuego ambarino con la encendida furia
de nuestros caprichos asombrosos y su sinfonías de léxicos descalzos.
Soterrar nuestra zozobra y agotarle a las imágenes su corteza
en desahuciadas voces para el tiempo siempre ido de todas las formas
increadas y crepitantes de ese blando aleteo…
Ivette Mendoza Fajardo