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sábado, 30 de enero de 2021

Hasta que te adjetives, tengo derroche de alegorías

 

Hasta que te adjetives, tengo derroche de alegorías en una
rara agonía de encanto/ Por sombrío y almidonado, los vencejos
rotatorios hicieron posible castañetear día y noche un alma de
agua verde/ Los granados y enfurruñadas temen sorprendente
el rumor de la arqueada línea de fuego en densa y alambrada muerte/
El cálido sendero reprobado por su vanidad muerde el fruto de los
meteoros rocambolescos/ Con la escritura en lobregueces, encuentro
en tu voz el ocaso, de acero inexorable tan poderoso/ Desde las
páginas dejadas al olvido, la consciencia de tener algo vivo es la
posteridad del prójimo y el cuerpo es un olvido rotatorio de oscilación
celeste artificial/ El tiempo se congela aquí hasta el mutismo
paradisíaco como la escabrosidad del rictus /y ese abanico de
lamentos sin ida ni regreso sobresaltado roba formas entre
cielos diáfanos y sus contornos negros y alargados por el arranque
mental de sombra lánguida/Los erosionados huertos sin
mermas como siete cabritos recordaban ansiosamente mis muecas
abatidas entre céfiros nocturnos/
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 29 de enero de 2021

Al mono del linaje rotación celeste de avestruz

 

Al mono del linaje rotación celeste de avestruz
encharcada piedra de metal al novísimo de la especie
ampara y amamanta dando piruetas en el cosmos
¡Pobre manglar!, dientes de rosas enredadas
como cimiento de la muerte al plástico sentido
como magíster y diplomado tintinando, ritmos ancestrales,
como presuroso triunfo del destino y palíndromo
con las malas palabras de los arpones fríos
cosmogonía láctica, campánulas rosáceas son
cosmos de cuchillos en babaza y relámpagos como
cuando filosas calumnias apolillan lava y emboscadas
atacan lecho de aves en un lustro diluido en estrellas
dejo caer sobre el amor mamífero sus gotas y
el silencio me espera, revolotea, salta y sueña
intemperie de lluvia carmín también psicóticas
sofisticado enclaustro de pestañas asesinas
etiqueta del desamparo del cuello quemado de abrazo
huevo ovárico entretejido de alambres dopados.
Ivette Mendoza Fajardo



Extraer el corrosivo dolor crepuscular

 

Extraer el corrosivo dolor crepuscular
el saludable símbolo del ensueño y péndulo maniatado
el correr, milimétrico y labios velludos,
repercute en capturado y terrorífico...
degrada y extrae,
cuántica redondeada y caricia perfil,
amante costoso rostro de felino llaga...
el orbe también hervidero,
minutos sobre pendiente con lamentación.
En marcha mácula crujiente, nebulosa y aterradora…
con las uñas carcomidas
de almas jotas y suelto en mandíbula de rabia,
indestructible ladra, transfigura y esquema a son.
Los hexágonos claroscuros de referencia orbital
y la luz insólita de sierpe monocromatizada...
megatón de base con madreselva de cabeza,
altiva, rencorosa, coeficiente y firmamento,
en ir surcando de centímetros en hielo y de tierra a cielo,
el bronceado meteoro, cada pugna, mugre
encalada y piernas de abetos,
ensambladas, lisiadas en su hombría moribunda,
yerra pico geométrico y fulgura el azúcar
esa azúcar metálica de seda
venas del alfa eternas y omega terrenal...
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 26 de enero de 2021

Deseo cúprico ataviado de alfanje lechuza

 

Deseo cúprico ataviado de alfanje lechuza, etiqueta de vanidad
amorfa como cuando los ciclos de mercurio neperiano
oscilan, te sueñan, transfiguran con oscuridad ultra violeta.
Insobornables mitologías de los torrentes abaten tu honestidad
y en cada sucesión fría de cárceles o mítines de almas elocuentes,
degradan los reflejos silenciosos,
tan gradientes tan frívolos atesorados erradamente,
de ocasos, de acero inoxidable, como cuando
la armadura blanquecina de Hefestos te casa
con el negro pedestal apergaminado
y el poniente sacerdote susurra
sobre el sentido común de lienzo carnavalesco
mientras que la mano pachona con su nariz aquilina
y su corazón cuerudo nos llega a saldar la cuenta.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 24 de enero de 2021

Oscuros criptogramas de vestigios y soledades

 

Oscuros criptogramas de vestigios y soledades
cual cósmica aparición tras ecos difusos;
movimientos apiñados de ladinos abejorros
con sus aguijones siniestros pinchan el silencio del rictus;
ánima sintiendo el ardor de mi luna aterciopelada y cristalina;
frondosidad enceguecedora de falsas caligrafías
descubren horizontes de escarchas luminosas y
ya dicen mucho y en su punto de ebullición nos sonríen;
derraman en su afán cotidiano reflejos yertos y desmedidos con
mis noches cabalgando en un destello de ocaso en su paraíso.
Ivette Mendoza Fajardo



Y si puebla mañana un gobierno que sin luz vibra

 

Y si puebla mañana un gobierno que sin luz vibra
con mis horizontes atrozmente aburridos
tendré los frutos de vino tinto al alcance
de mi soñar que entrelazará la oscuridad
de mis alfas y betas ideaciones hirsutas
que será mi último verso al campanario vertical
donde proyecta la fortuna de marcha leve al temblar
volviendo sumamente perfeccionada al canto
de azul candor que infinitamente junta nuestros cuerpos
conservarán anillado espectro y oxigenado espasmo,
mientras posan en mi balcón los pájaros corruptos
tocarán mi alma por última vez la fiel pregunta
para rememorar el temor de mis otoños sinápticos;
los llevaré como un faro para alumbrar filosofía
con encendida apoteosis que es como
gobernar con juramentado sentimiento y
mas fácil desear o ambicionar en torno a muchos hechos.
Ivette Mendoza Fajardo



sábado, 23 de enero de 2021

Besos enrojecidos de pensamientos poliedros

 

Besos enrojecidos de pensamientos poliedros
Suspiro espasmódico suspiro insubstancial
Festín de saltamontes festín idolátrico
Que sacuden primaveras parchadas de promesas
Mares de jade me inundan de júbilo
El vacío en que me despierto cada noche,
Al son de estrellas entreabiertas,
De pecados pigmentados de dolor
Estación presuntuosa en torrente escalonada,
Una profiláctica caricia
A la espera de soledad orgásmica.
Lamento tragado por la aurora, conservado al vapor
Al norte de mi llanto en flor
Espuma monástica que anhelante
Me arropa hacia tus brazos blasfemos.
Ivette Mendoza Fajardo



lunes, 18 de enero de 2021

Anhelada exuberancia

 

Anhelada exuberancia,
como arcaicos céfiros convexos.
Nadie palpa nuestro clamor regurgitado.
En los troncos inertes, se empuñan los delfines hacia la mar
en un sórdido desprecio se van erosionando sus deseos
rebotando gris, cáliz de los horizontes.
Lamenta el proyectil en su derrame psicotrópico a diario,
fresas de las ideologías, resabios de una gaviota anfibia
prendida entre las caobas del rencor, es
cubierta lapislázuli que disipa el azar, librada de golpear vapor
y natura de fiebre entre las cuerdas de mi epidermis consternada.
Ivette Mendoza Fajardo



domingo, 17 de enero de 2021

Fragmentos de almas extraviadas

 

Fragmentos de almas extraviadas de los cielos. Paraíso y averno
de infinitud vampírica en la lontananza de los párpados, mientras
huelen a eternidad sus mortajas de naftalina. Apenas las sonrisas
avivan su color de carne ensayada . Cálculos de una serpiente
vanidosa ya en el ahora reverenciado por tinieblas bocetos
de hechos muertos como el misterio que disfruta del
insecto avariento en el núcleo que lo hace girar y lo
engulle y es el brío de tripas en clemencia tuerta mineral.
Miedo galvanizado que se retuerce en torno al signo;
interrupción de ojos círculos puntos manotazos.
Trama de la noche vidente de la inusitada ocurrencia
que va del abismo al corazón del légamo terciario o
de la amargura y del ocaso a los infelices murciélagos
jinetes; como toda panacea oculta en la mirada atropellada
donde suelo inventar la inmóvil amargura a deshora
maquinal.
Ivette Mendoza Fajardo



viernes, 15 de enero de 2021

El letrero, impasible seducción

 

El letrero, impasible seducción, alborotada parafina de
máquina memorizada. Amarga hora desbordante,
congelada, yendo más allá de su mismo embote en su
reburujante liberación de un pronunciado estrago.
Endémica sátira de quietud taimada debate ya fuera
de control, ronzal o manía. Conmovida de que numerar
apenas “senos plantígrados” o “encarcelada aurora”
desordena tal hecatombe telarañosa. La robótica
sinuosa de ese sonreír radical de los días. Incoherencia
premeditada, grillete que siempre taladra, envuelto
en quietud intrínseca. Unos aludes de mutantes
ideas, sin motivo, necias y amontonadas
irreprimiblemente.
Ivette Mendoza Fajardo



jueves, 14 de enero de 2021

Saltimbanqui con su patronímico

 

Saltimbanqui con su patronímico
se platican pestañas sublimes
y volarán suicidas, remedos
que seducen preclaros
las más estrafalarias fantasías.
Sus codos suplicarán al verme
¡Oh envuelve nuestras almas!
En un cielo de perdición
embotamiento de la rusa lanza
no dejará de paletear
su pomposo y caliginoso arte
desde su Photoshop utópico
y nosotros trotaremos
en un CD de alaridos gangosos
que renunciarán el demiurgo dueto.
Ivette Mendoza Fajardo



Puñado de estíos embelesan mi alcoba virtualmente

 

Puñado de estíos embelesan mi alcoba virtualmente haciendo zoom.
Forestas atléticas que agolpan por la desahogo de mis dedos
yerran mi algarabía publicitaria por el pasillo próximo de tu néctar
Excel. Soy, neófita del luto panda armiño. Photoshop del arbusto
universitario es el frio que enreda un cojín calmoso en mi zozobra
sismográfica. Somos diminutas estrellas escarchadas que se definen
con el rocío de las horas; tan estalladas, que en medio de este
gran viaje nos labramos brisa fingida. Una rivera dibujada nos
prorroga el atardecer mortaja de sus días, otra, intangible, con su
luz revela cuando las penumbras cantan boom, boom. Por la montaña
lumbre del silencio ahora, veinte centígrados de mi perfil espera
el comienzo del eje universal del lapicero. Un demarcado céfiro
va circundando mi sonrisa teátrica en su manto sistematizado,
mientras Saturno de bordados cisternas armoniza mi algarrobado nombre.
Ivette Mendoza Fajardo



Fantasmas hablantines que embriagan mi regazo

 

Fantasmas hablantines que embriagan mi regazo despiertan
encarnados en mi porvenir desmemoriado como insectos del pecado /
Sombras elocuentes me sacrifican en la capa miocárdica del arcoíris /
Sed de coca cola como hebra que se deshilacha siempre en la mente
por mullida música ábrase en mi nombre / Incomprendida a manotazo
agua que aminoro la intensidad de la noche percollada como aprendiz
del sueño alcaraván / Es mi rostro la marcha del tranquilo cristalino
que pasean la viudez del silencio acotado transversalmente
por las rocas mariachis / Vericuetos de gatos dormidos conducen a la
oferta y demanda preciados ojos de mundo apretado / Política de las
diademas dormidas a papales del estanque burdo dilata la cerveza de
la angustia internetizada / Piloto del sufrimiento fraterniza cáscara
de peces humillados sumergidos en mi garganta como reloj roto de
sonrisas capilares /
Ivette Mendoza Fajardo



miércoles, 13 de enero de 2021

Rompiendo la diferencial de la vida

 

Rompiendo la diferencial de la vida
silogismo estrecho ennegrecido
entre enigmas y razones bioclásticas
que se esfuerzan por ser lágrima infinita
blandos surcos de tristeza rumiante se destraban
por encontrar la espesura animada
aun artificiosa en el útero astral
del universo frágil de la palabra vislumbrada
que vuelve y se deshace en objeto impresionista
como hueco diluvial sin redoble ni desenlace
pero que disipa absolutamente
la magenta mano del holográfico destierro
sin horadar, sin rumorear su fiebre figurativa
de una chispa gravitacional
que enciende facciosamente
el primer grito de una quimera
reflejada en cuerpo y alma
absorbiendo la inexactitud mecánica del tiempo
de un poema borgiano al preservar mi corazón factorial en su
postergado existir.
Ivette Mendoza Fajardo



martes, 5 de enero de 2021

Pupila de seda en la gruta del cabalgante

 

Pupila de seda en la gruta del cabalgante.
Las horas se desprenden en la llovizna del templo.
Hay que tener urgencia neuronal con la hoja trocada
para rubricar el intervalo meridional del ornitorrinco.
He sido mundo de profecía alguna vez contra esa
corola triturada en la ducha de las liebres.
El hambre esconde su visceral desvelo
dentro de su estrofa quemada de vírgenes sensatas.
Las rotaciones barrocas nacen de un propósito umbilical.
Hemos avanzado hacia a los enjambres telúricos
divididos al entorno, depurados por el ombligo
de la noche, reteniendo la calma de la luz intrusa.
Ivette Mendoza Fajardo



 


sábado, 2 de enero de 2021

Cilíndricos sentimientos diminutos y tenaces

 

Cilíndricos sentimientos diminutos y tenaces
suponen su alquimia en calurosa monotonía
cultivando más arcilla y más poder de su alarido simétrico
luego la verdad bajo el universo interpolado de sierpes o
de milagros inefables hacia el reflejo millonésimo audible
para un grado centígrado del pájaro cautivo
en primaveral desenvoltura manto rebosar
benignidad mutante hacia el resplandor absoluto
después no hay más que la esperma de la sombra
y aún cuando pudiéramos hundir garabatos al unísono
o llevarnos la alforja malgastada de ansiedades ¿Por qué?
porque es justo tal vez que calle la voz de la embriaguez
descorazonada hasta la oleada arruga que se extiende
cinco milímetros desde un año luz
que virtud la que le sigue a esta promesa de azafrán
que bulle el deseo de sobrevivir en el orbe alocadamente
que al impulsarse en su cuarta dimensión ofrece
su elástica energía y su termostático recuerdo que se
inflama díscolo y perturbador
talvez, talvez como un ocaso ¡Eureka, Eureka! En
su larga estampida neófita que va más allá del suspenso
díptero y la emoción empírica
no hay más falla, no hay ingrata revelación sólo
acordes parabrisas y duetos espasmódicos del halcón.
Ivette Mendoza Fajardo