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lunes, 31 de julio de 2023

In the pious decimeter of the night

 

In the pious decimeter of the night, life wanders,
like the deranged echo of a sluggish bat.
It believes that glyptic, its companion, has decided
a judged comedy with death, its escape
is frivolous and wayward like a ruthless discouragement.
It often tries to dissuade itself, at the blow of afflicted heart diseases,
knowing well that on each planet it encounters,
the Tedeum resounds in its jungle of pinky and keratin,
it longs for the cavalcade, the river, in its feat of dorsal favor.
The menu of small things of the ruffian huipil, as an honor of pain,
harassing in the protozoan of its sad surrender.
The pieces of advice, slaves in their pollution deception,
sing, growl, their funeral song, a prelude to melancholy.
Its contact lenses, like concrete euphoria, rise,
the babyish face cries, its peremptory essence is transgressed,
a squeeze of observing dolls, of so much destruction,
the work pressure of a love poem, thus it is illustrated,
in the infinite astrolabe of the moribund destiny.
Ivette Mendoza Fajardo

En el decímetro piadoso de la noche

 

En el decímetro piadoso de la noche, deambula la vida,

como el eco demente de un murciélago remolón.

Cree que la glíptica, su compañero, ha decidido,

enjuiciada comedia con la muerte, su escape

es frívolo y descarriado como un despiadado desaliento.

Menudea con disuadirse, al golpe de cardiopatías afligidas,

como tal sabe bien, que en cada planeta que encuentre,

resuena el Tedeum, en su selva de menique y queratina,

extraña la cabalgata, el río, en su proeza de favor dorsal.

El menú de menudencias del huipil rufián, cual honra de dolor,

hostigando en el protozoo de su triste rendición.

Los consejos, esclavos en su patraña de polución,

cantan, gruñen, su canto fúnebre, preludio de melancolía.

Sus gafas de contacto, como euforias de concreto, se elevan,

la carantoña llora, su perentoria esencia se trasgrede,

un aprieto de muñecas observadoras, de destrucción tanta,

la presión laboral de un poema de amor, así se ilustra.

en el infinito astrolabio del destino mortecino.

Ivette Mendoza Fajardo

sábado, 29 de julio de 2023

En la garganta del viento gnomo

 

En la garganta del viento gnomo, mi voz se escapa ligera,

revolotea como un ave, libre, sin fronteras ni empellones.

Vestida de rostros suplicantes mi alma, se eleva gallarda,

cual cometa en cielos, sin cadenas fieras dulcemente.

Cual Quijote en su andar andariego,

sin miedo ni calma, ni tropiezo ni barreras salva,

navego en la aventura de alcanfor, con espíritu audaz.

Derriba y aprieta castillos de grises murallas y mentol,

buscando horizontes politeístas de un mundo veraz.

Júbilos y duelos, en coro se entrelazan confianzudamente,

mis emociones, versos en armonía sutil y proyectada.

El vino del corazón, canta sin tregua,

un brindis al universo, poesía renegada entre párrafos.

Ivette Mendoza Fajardo

viernes, 28 de julio de 2023

En el cielo nocturno de tus sueños

 

¡En el cielo nocturno de tus sueños, oh un gemido estelar!

la luna, cáliz de corolas, en su esplendor divertido,

y el viento danza, supersticioso y misterioso y leal

acariciando la ingle de la noche arrebatada en su fulgor.

La tormenta arremete, feroz y crédula,

como guantazo furioso de la ira divina y asesina,

y en la intemperie de emociones indómitas,

se esconde un sol radiante tras la cortina de ámbar.

La greda del pasado, hoy se sedimenta como

en la historia que teje este tiempo errante,

y en el equilibrio frágil, pero eterno de furias,

reposa el alma, en su vuelo titilante.

He sedimentado dolores y pesares y rescoldos

como vestigios que el tiempo va dejando,

pues en cada guantazo de los avatares,

aprendí a seguir, sin quedarme esperando despacito.

Así…así nomás.

Iv ette Mendoza Fajardo

martes, 25 de julio de 2023

Mis dedos saltan la quebrada imposible

 

¡Mis dedos saltan la quebrada imposible...

¡Y se tonifican por el chorro de la amabilidad!

 

Veo sus uñas sobre un día de ojos

extraordinarios...

 

La boca con sus gestos, nos brinda

cálidos y espirituales besos.

¡Su mareo es la imitación de su voz infinita…!

 

Los errores bancarios cazan de la estrella sus arrugas

y veo un préstamo sonriente vertiendo llantos

de payasos

lágrimas que van entrelazadas en los encantos

pectorales de medusa y adivinan el futuro

sobre su colores y morfemas peculiares.

 

¡Pensaron en mi... en nuestros pragmáticos placeres

y comprendí que la modorra es un experto mujeriego…

Y el mar… la fortaleza del mundo...

de la humanidad entera.

El dolor vive en el indecente escalafón... en mi…

en lo que nunca fue aconsejado,

Perdóname no tenía idea que era hecho de egoísmo

ripioso, pero... así…así discreto…

Ivette Mendoza Fajardo

domingo, 23 de julio de 2023

Aquí estaba un piano meditando

 

Aquí estaba un piano meditando,

se hincha en sus teclas dolorosas

sobre los atardeceres capilares.

Soy otra nota musical entre miles, las

gafas de la dislexia,

escriben fatuos pentagramas,

entre mis pesares escondo la rueda unicelular.

Yo también entierro la ceguera de la necesidad,

el pleonasmo del encuentro.

Y no diré que conquistar toda una década,

las termitas consoladoras

ya arrasaron a mi descendencia.

Hay videollamadas que negocian

en funerarias,

se pelean contra la encomienda

y sobreviven a sus mitomanías.

Otras que perturban

con sus formas de hacer detalles,

sus dientes perfectos,

la prueba del alcohol de sus dedos.

Yo sólo navego lentamente

en la casualidad de la noche,

toco entre cuchicheos bailarines

bajo lo bota crucificada de Dante

el poblano transmisor que construye

mis secretos, la música de Nemo.

Ivette Mendoza Fajardo

jueves, 20 de julio de 2023

El martirio del pan que no ha recapitulado


El martirio del pan que no ha recapitulado

aprieta su esternón,

una frente tersa de música mansa,

la curvatura del alcohol que no encuentra

su salida,

el diseño rábico del amor donde anuncia

su adiós lejano el reverso.

Cómo no manifestar a este fatuo fuego

acostado en sus tres soles,

pidiendo fiado como un río viudo sobre

la cara del disimulo.

Debate esta esfera doblemente triste:

Reprogramando saludos sus dos orejas,

oh ave maría del escándalo neófito

en que lo habrá convertido su reaprender

del gozo.

Su gratitud rotunda busca su soberbia

para lograr la terrena nada.

Estrés oportunamente canino,

el ladrido del universo paralelo.

Cómo no sentir a ese chiste inverso

que atraviesa el alma

con la sordera de almíbar en un espacio

vacío en las cejas.

Ivette Mendoza Fajardo

martes, 18 de julio de 2023

Por no desglosar fortaleza heredada disfuncional

 

Por no desglosar fortaleza heredada disfuncional
del “imitar”, revolcada a la producción sazonada
de nervios ancestrales
que manipula la historia sobre un lienzo matriarcal;
con el hilo virtual sonando en el borde avezado,
el debate esencial se iza infiltrado,
prolifera entre el primero y segundo pensamiento
en cáscara de rabia deponiendo por lujuria
a un cuerpo de agua lampiño
que considera y atrapa peligroso su lado amable.
La viagra de la esperanza se hace de la vista gorda
para tener apoyo y audio-enajenado alivio
en la majestuosidad de sus pies bicicletas
en la que ya no suele ser cabriola recién alumbrada.
¡Ah de nuevo aquí!  es ése solidario despertar,
el novicio desliz que se da cuenta triangular sin voz ni voto,
el simbiótico perdón experimentado que viene a catar
el jugo menstrual del resentimiento reciclado de muchos siglos.
Ivette Mendoza Fajardo