Ahí queda el amor en un surco de ensueños,
surco de rosas hermanas.
Cae tu corazón en el paraíso de la
noche
y miras el agua de Mayo cantar, como
el olvido,
como el llanto y el chasquido de hojas
como el llanto y el chasquido de hojas
que baten las alas del viento;
un poema en la ausencia de tu mirada
y desde el cielo, hasta lo más hondo
del alma su semilla crepuscular
deslumbrada.
Reflejo de nuestros rostros
en el cristal de las aguas
Reflejo de nuestros rostros en el cristal
de las aguas,
lluvia que cae sobre el páramo,
atrayendo el peso noble de la luz
con el vibrante asombro de su
gentileza,
círculos de amor armonizan el cielo límpido
azul.
Las maravillas que nacen de la
intensidad
del reflejo aun en el desaliento
del reflejo aun en el desaliento
agitan un fuego melodioso, beso en
la brisa.
¡Oh amor que sale de dos rostros transparentes!
Unidos de la mano, vamos por la
alborada florecida.
Ivette Mendoza