Con dulzura en tus caricias
se hincha nuestro amor
Con locura en tus besos
Se disipa el temor.
Cuando todo es sublime
Nuestras almas vuelan con fulgor
Y se rompen los ribetes del dolor,
Cuesta arriba, cuesta abajo,
¡Un paso adelante!
Y no hay neblina, ni oscuridad
Que nos desanime,
Eterna animosidad.
Sin cuerpo y sin tormento
Este dulce sentimiento
Este claro pensamiento
Se convierte desde adentro
En un fuego abrazador
Naciente, viviente
¡Espíritu acogedor!
Ivette Mendoza
2014