Eres un cuchillo desenvainado
un infierno viviente a mis pies
un ojo alegre que desnuda a la
mirada
y es justo que conserves esa mirada
en la alcoba
y ser el viejo verde y seco que
modela en la vecindad
y ser padre cuando nace un hijo más allá
de nuestra puerta
y ser yo muralla donde tú te apoyas
y ser de ti a mí la noche fría que se
posa en tu cuerpo
y ser todo
y ser mucho
y ser nada.
Ivette Mendoza
Buenas noches