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lunes, 3 de junio de 2019

El forastero


Tierra debajo de las uñas
de la sed y el desvelo
desnudos y rajados
los pies del pobre forastero.
En desorden y larga
las caprichosa melena
piojosa y sucia.
Bolsillos en la lipidia
las manos llagadas.
Hondas y marchitas
las cuencas de sus ojos.
El caminante arrastraba
la mochila y los caites
a la puerta más fría
la caminata de sus días
interminables y lentas.
¡Denle un pedazo de pan!
Un poco de lo que tanto
a ustedes les sobra
¡Denle un guacalito de agua!
Hay bastante en el tinajero
No dan ni una pizca de sal,
no dan ni la hora.
Para que rezar por la
Bendición de ese pan
Y luego irse al averno
¡Válgame Señor mío!
Ivette Mendoza