Alas de sangre en los pies del
forastero.
Los buitres se comen en la astilla
postal.
Vana perseverancia de la pérdida calorífica
del cuerpo para rehacer el estado de
las liebres.
Todos pasamos siendo pez alguna vez
escamas atoradas en la palanganas de
las algas.
La noria encubre a su cría ciervo de
la hebilla
en el tormento de la neuralgia.
Los enigmas nacen de la caricia umbilical.
La ciencia hermética del insecto da paso
a una era zodiacal depurada por el
instinto.
Retenemos el pan del último fariseo.
Ivette Mendoza