La danza de la sombra
en el umbral de la mañana,
danzar, danzar en la orilla de tu
alma
con la etérea fragancia del
sacuanjoche
nos hace inmortales dentro de la
sed
de las lágrimas y
lleva el reto del sueño más fantástico
hasta su memoria deslumbrada.
¡Oh que sí que no! Fulgor de noche
la danza del ayer, la danza del
amanecer
la danza de la sombra
doblemente empecinada
si estas en la orilla del alma danzando, vida o muerte,
del pecho se reprime toda
adversidad.
La apropiación de toda duda en los
bordes
de la vida cotidiana,
!Oh vida mía, la danza del mañana!
!Oh vida mía, la danza del mañana!
Ivette Mendoza