Dormir bajo tu luz y vivir,
latir dentro del corazón y sonreír.
Dejar caer el sueño en la grieta
y ver mi soledad reflejada en el
ayer.
Acariciar tu rostro y sentir su
frescura
solo sé que así el amor perdura
cuando lo llegas a rememorar,
aunque no lo puedas ver.
Dar la mano y acompañar
por los senderos de la pasión
en el largo trecho del soñar.
Amar, amor, amanecer,
cómo derribar el espacio y el tiempo
para poder llegar a ti
en el tangible devenir.
Amor y ensoñación, dolor
que en el cielo se escribió sopor.
Resistir ante la tentación
de toda palabra amargamente
endulzada y esperar.
Ivette Mendoza