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sábado, 25 de julio de 2020

Léeme como en nuevas sílabas


Léeme como en nuevas sílabas
del abecedario grande, su casa ilustre.
Letras al azar también tentáculos
para yermos gélidos consonantes.
Y es que arcaica en trozo de papel
soy vocal, deletreo medio ingrávida.
¡! Arráncame la letra que me desdibuja!
Yo quisiera que ellas me dijeran adiós.
Un adiós, mil a este desvelado signo.
Ivette Mendoza

viernes, 24 de julio de 2020

Jadeantes flores


De piedra los corazones
y fría la mirada
en la cotidiana vida,
profunda esperanza terca
que es el alba de los ciegos;
no deja entrar
el aroma de las flores,
van ellas, sufridas, llorosas,
jadeantes, desveladas
sin perfumar los días
menos adornar jardines;
hijas del hielo nada mas
encercadas por alambradas,
ocultas sin salir porque
la tristeza las riega
en los lechos del alma
allí están sin poder reír.
Ivette Mendoza


Lo nuevo en primavera


¡Buenos días mí amada primavera!
Buenos días, muy temprano desde mi balcón
aquí tratando de pensar en algo nuevo pero algo
cotidiano.
Decidir y quedarme hoy tranquila en mi casa
o caminar de nuevo en la foresta y consumir
un aire puro para meditar y
darle a lo nuevo un rumbo fijo y seguro;
ahorrando las palabras y hacer más con más hechos.
Explorar nuevos horizontes, caras que nunca
me han visto, escribir capítulos más nuevos
de la vida;
seguirle dando rienda suelta a las ideas,
abriendo libros nuevos sin páginas tronchadas.
Dejarme impulsar hacia adelante por el viento;
aún más estar perenne siempre de cara al cielo.
No tengo tiempo de convencer al mundo de
quien soy o para donde me dirijo,
la lluvia de sus palabras ya no me mojan.
El invierno es largo y frio y no puedo
espéralo con mi ropa empapada de amargura;
sus aires no me oxigenan,
resbalan por mi piel sin tocar las
profundidades de mi ser.
Quiero perderme en un cosmos infinito, y
yo apuntando siempre en mis nortes
donde el sol brille pero que no arda ni queme.
Darme cara a cara con rostros del sentir humano
que podamos intercambiar nuestras alas rotas
pero portadores de ese perfume primaveral
que destila sabias intenciones.
Finalmente, brotar de nuevo desde la foresta
a como brota el campo verde, la hoja de arce y
dejando que la luz empiece a brillar sola.
 Ivette Mendoza
At Green Timber Forest British Columbia, Canada

jueves, 23 de julio de 2020

Es un pensamiento inquieto


Es un pensamiento inquieto,
Alguna pregunta que se ajusta
A la vida cotidiana o una costumbre
De meditar. Vemos todos los días
Los objetos, las cosas, las personas,
Pero olvidamos que algo invisible
Fluye junto a nosotros como la música,
De la infancia, nuestros primeros besos,
La oculta sabiduría, el amor que palpita
Con su voltaje blanco, a como también
El rencor que carcome el alma;
Esa corriente eléctrica de negatividad
Destructible para nuestro corazón y
Para el mundo
La espiral del odio y la congoja
Es muralla que cargan muchos
Donde nacen, renacen y así se van
Pues la ceguera los alumbra y los
Seguirá alumbrando,
Los ciega el sollozo que llevan
Dentro del alma
Pero hay algo más que yo no
Tolero, son aquellas caras
Sonrientes que te tiran piropos
En las plataformas sociales y en
La realidad son otras personas, que van
Reptando por el suelo y te muerden
La cola
Te emborrachan de bellas palabras.
Yo no me emborracho de las lisonjas
De otros
Yo me emborracho:
De música, de mis bellos recuerdos infantiles,
De escribir aunque sea para mí misma
Y de esta gran madre naturaleza
Que Dios nos puso
Así es como yo amo y como yo
Gozo y como yo me emborracho.
Ivette Mendoza




Un sol maligno


En los días frescos y nublados
Bien llega una taza cargada de café
Para despertar la modorra, para
Mantener las pupilas peladas y no
Caerte de sueño, para pasar el tiempo.
Hoy por hoy los días no son iguales,
Decimos “normales” dentro del marco de la
Pandemia, pues este ha entrado como un sol
Maligno queriendo brillar
Aunque yo diría delirar en nuestras
Carnes, en nuestros propios pellejos.
Los gobiernos también
Quieren poner cada cosa en su sitio,
Usar la mascarilla, lavarte las manos, etc.
Tratando de advertirnos, de prevenirnos
Un pavoroso escenario, algunos no les
Importa y rompen las reglas, luego veremos
Más aun
No es fácil mantener la mirada
En el futuro porque
Un maligno sol nos tiene atados
Y maniatados, pues pueda que
Esta negrura resurja, que haya
Más brotes y la muerte toque
Algunas puertas y nos regresa
A nuestra morada eternal
Yo la verdad que no sé si con
Esta pandemia el mundo ha retrocedido
O a avanzado, lo que sí sé es que este
Ha dado una gran vuelta por bien
O por mal, todo ha cambiado
Para concluir les digo que
Aquí en Canadá este sol maligno
Por el momento está enjaulado
A veces sale a dar su paseíto
Por aquí por allá
Pero lo mantienen muy bien
a raya
Ivette Mendoza

martes, 21 de julio de 2020

Tulipanes de pasmosa imaginación


Tulipanes de pasmosa imaginación
Desnudas gemas que plantaron
En los jardines del cielo de mi razón.
Diamantes sutiles de entender
Para brillar en cosas descoloridas.
Flor-luz inacabable de la aurora
Ciertamente gnosis metamorfoseada:
Al misterio de mi almohada.
Cuando crece el tulipán va creciente
A ofrecerle al alma una poesía y
En su perfumado centro se coloca:
El nombre mío
El nombre tuyo
El nombre nuestro
Como una forma de soñar
Como una forma de vivir
Como la flor que siempre quise ser
Ivette Mendoza



lunes, 20 de julio de 2020

Aurora en la oscura antorcha


Aurora en la oscura antorcha de la ovulación
Rastro descalzado que Jamás pudo morir en
La revuelta espuma de su alarma nobiliaria
Llegando a los rincones del angular punto
El manzano alquitranado
En mi pecho ve visiones curvadas y estomacales
Bruñía una ardilla con su escarcela de rebaño
Y su guante de elefante asistía a una locomotora
Parturienta que tan solo le servía de albedrio
A veces pasaba como altanera y pendenciera
Eso aumentaba el equilibrio de su nombre exacto
Que acosar la partitura de mi presión
Arterial era su morbosa y calamitosa
Justicia sistólica, indomable en morfemas
Y de indigestas arbitrariedades caía desplomada
Me amaron separándose de mí
Me instalaron un semáforo en mi vientre
Para que los carros pasaran como en
Avalanchas de cielos que se derrumbaban
Oprimidos y pude entender el valor
Catatónico de mis días expiatorios
Yo era no más que una angustia angustiada
Consumida en los barrotes noticieros
Que inventariaban máquinas en las ingles
De niños pintorescos consumidos en las
Aguas de la sinrazón
Ivette Mendoza


Sólo un lloriqueo inmóvil y extravagante


Sólo un lloriqueo inmóvil y extravagante
Una lágrima derramada hacia el litoral de la metáfora
Corrigiendo la dimensión del ojo en su línea umbilical
Hubo un párpado de virtud obediente a su antojo
Extrañamente parecía fabuloso pero era de enojo
De repente tomó una nueva ideología de delfines
Aunque no lo creas, el llanto permanecía en un éxtasis
Menstrual pero pensaban que era un agobio narrado
En el caparazón de una larva de rictus jovial, hoy pálido
Y blando partido en dos por un rayo para erradicar
Su inocencia Infantil que estuvo anclada en una
Navaja paradójica que era la mano traidora de Atenea
Era ella la que robó mis joyas históricas que yo
Había ganado en una lucha titánica que tuve
En la desembocadura del rio de suspiros
Como ahora solo vivo en los ríos y los mares
Donde las sirenas navegan con chalecos flotadores
Y en el invierno nos dan un show en patinaje de hielo
Era constante y clara esta experiencia marearse
En la marea, marear sobre la marejada mudar
Cuantas pieles mudas habrán tenido
Negociar su nerviosidad que iba en aumento dentro
De burbujas de agua hasta llegar a la necedad
Y la nariz de una cantera de coral tembleque
Mi cronométrica misión era evitar un derrumbe
Hecatombe en el reino de una alquitranada hormiga
A la que me hizo llorar alguna vez al morderme
Ivette Mendoza


domingo, 19 de julio de 2020

Es de fieras descuajadas de pieles


Es de fieras descuajadas de pieles
Y unos pasadizos de pirañas
El piélago que encuentra
La caja de Pandora de mis heridas
Supurantes y conquistadas.
Mujer cruzando el amalgamado mar
Que constelado me abraza
Y me protege
De una certero dardo camaleónico
De las aguas enredadoras y golpeadas
Que a toda mujer atrapan
Como un colmillo acechante
Que se cruza en el camino
Tratando de atrapar su suspiro submarino
Ivette Mendoza


sábado, 18 de julio de 2020

Paisajes y trozos de la nada


Paisajes y trozos de la nada
En la mente inversa analógicamente
La noche en su oscuridad nos ilumina
Luces oscuras que velan y fulguran
En el agua mañanera
Su reflejo en ella es la forma de su música
Donde mi rostro transparente reflejado va a dar
Al extenso laberinto del mar y la tiniebla
Mares aturdidos, que recorren el noveno
Cielo que me espera hechizándome de pecado
Como en brillo opaco de azucenas negras en su manto
Vaporoso y gris
Como la oscuridad que le permite al agua sus alas
De gracia y pavor
Encontré la lámpara de mi cuarto haciendo muecas
Intermitentes
Me dio la cara en su aclaración de fe
Que todo era un hilo unido fugazmente
Que la oscuridad generaba bosque de ángeles
Extraviados
Y de ellos plantar una esperanza
Soñar en blanco y negro en un
Paraíso sombreado-terrenal con
Manifestaciones de risas y lágrimas boreales
Renovándonos colorido alguna vez
A tantas interrogantes
Ivette Mendoza


viernes, 17 de julio de 2020

Arábicos ojos de arena


Arábicos ojos de arena, de desierto y dunas
De placeres
Sienten el dátil en su último reflejo imaginando
De solsticios y amaneceres
Un camello lentamente avecina a un precipicio
De ensueños abstractados
Y yo en su marcha
Con pasión desenfrenada buscando un beso
Azucarado
Tu mirada es la brújula de mi destino resistiendo
Los embates del camino y sus colores
Tus besos son las ansias de nuestros
Misterios interiores
Tus caricias para que fuera la vida ilusión
Y no agonice el fuego de esta canción.
Tu abrazo es la rosa en la luz de mi sonrisa
De azaroso azafrán de claridad sumisa
Danza danzan los ombligos en la suave arena
Vigilando el ritmo ciego en una nochebuena
Danzan los corazones hasta ver llover el desierto
Danzan las estrellas en su mejor concierto.
Ivette Mendoza

jueves, 16 de julio de 2020

El impulso de la gota de mercurio enmascarada


El impulso de la gota de mercurio enmascarada
Detrás de la puerta
El pavor incierto de la cerradura amartillada en la escalera
De por medio, un ojo espía de fuerza aletargada tenía como
Curiosidad transitar la incierta oscuridad
De cualquier manera y  aún más desigual
La ira de su empeñó era de petrificada energía
Dando impulso espeluznante a cualquier ingrato espectador
Cuando es así,
El empuje vacilante y su inexactitud de tiempo
Mantenían el agrio lechoso, el meme de su configuración
Hurgando todo corazón en ascuas
Entre el cabello lacio de la vía láctea  y su escritura
Jeroglífica en toda leyenda celta rugía el cronómetro cerebral
Hay poder de impulso con las metáforas y sus aseveraciones
El metro medía su linaje, impulsaba la aniquilada fortaleza
Maquillada ahora al carbón y en acuarela
Aludidamente era calenturas de telarañas en el jardín de las
Fábulas insurrectas
Estremecida alucinación de las gotas de mercurio salvajes
A cada paso meollo rítmico del reloj hereje y
Del valientemente excitado alero silenciario.
Ivette Mendoza