Su voz camina por el horizonte cibernético
Su voz camina por el horizonte cibernético
innunda el vacío
del silencio desmemoriado
como una
palabra tan inquisitiva donde
atosiga un trazo
coaxial al borde de la brisa,
y su coraza inexpugnable
en el cielo contemplativo
se expande sobre el cuentagotas del tantrismo
agujereado y
sediento de horas desmedidas,
el
esperanzador comienzo hipnotiza las mañanas
como dentro
de un espejo enclenque y distante,
el olvido inspirado
por su vanagloria moja
con sus lágrimas
un mosaico de cascabeleos.
Ivette Mendoza