Hago timbrar las noches frívolas
Hago timbrar
las noches frívolas una a una
sobre el
ritmo desvencijado de su matriz aletargada.
Noches sobre
la enésima quimera goyesca.
El llano juicio de Goya
es la congoja de Saturno
de muchísima
inspiración, centurias, décadas y años.
Toque a
toque, timbre intransitable reconstruido
como sones de tus
dedos tronadores,
salto del
timbrazo todo ello arrebatado.
Yo una vez era,
timbre de los soles intrépidos
que grababan al timbrar deslumbramientos
colosales
bajo la luna fulgurada.
Ivette Mendoza