Se descarga el pixel desde la ventana cinocéfala
Se descarga
el pixel desde la ventana cinocéfala
donde estaré
con mi RAM de rayo amordazado
encaneciendo
los monitores hacia los mares del pirata.
Cincha el
conmutador como una letanía:
Y miras mi
perfil catar la carnalidad de la luz
ya para
siempre recorremos el mundo cibernético
de muecas y máscaras
candorosas
ante aquellos
ojos virtuales que nos persiguen.
Ardemos y
ardemos en nuestra caja digital
se esconde
un guitarreo en los correos del derrumbe
mis lexemas informáticos
a cambio de una ilusión pasajera.
Arranque, arranque
cambio binario del plumaje cero y uno
etéreo como
la coma fija en el ojo compatible del ordenador,
que cadavéricos,
picotean ropajes de colores.
No buscan el
amor: No, buscan vivir en la era decimal cavernícola
entre abedules
azogados y osos polares invernantes.
Una memoria
reprogramada en objetos precintados
ha creado la
noche del castor boreal
que desde lo
gráfico salen como en desbandada de pájaros.
Los pixeles
integrados son dinosaurios visionarios que
combaten a
fuego limpio, se internan en las praderas de la soledad
sobre todo en mi melancolía
ya virtualizada.
Cuando la colosal
brisa empaña los filtros y cristales
pienso y
luego texteo,
pienso en el
verídico perfume de la humanidad.
Ivette Mendoza