Resinas y golosinas de un infiel anunciamiento
Resinas y golosinas de
un infiel anunciamiento.
Las beguinas
exhalan bocanadas de firmamentos
algunas
veces refunfuñaban en sueños del vértigo.
He crecido
al instante de tu alcance catador.
He comido cartílagos igualmente con otras bocas.
Y tú me
susurrabas desde tu vida de calcomanía:
“Me atrae tu
dolor leproso,
carcomo tu escalofrío hipocondriaco,
me encantan
las ruinas de tu cuerpo”.
La noche
contabiliza tu laberíntico árbol genealógico
antes de hacer cantar su sonrisa el gallo al amanecer.
Viví en el óvulo palpitante por cada año luz.
Es
medianoche y miro fijamente al malhadado
centurión con
ataduras dispersas por la muerte.
Una giralda
se casa con un girasol que no gira.
¡Sable fanfarrón
la de la mortaja!
Madurativamente,
veo su emoción tangible
atravesando ratoneras
prepotentes y ponzoñosas.
Una jauría
de preceptos y huesos fríos
excavan chifladura
en una tempestad amarga.
Con alma de
iguana encuentro la misericordia
entre las navajas de los
siglos.
Mis ojos subirán
al umbral hasta sentir el
temblor
rencoroso de los lobos con tentáculos brujos.
Clínica de
la lluvia melodramática que ha dejado
de llorar
gritos desde el cielo titánico y desgarrador.
Ivette Mendoza Fajardo