Lucífera cara
en hiemal solsticio.
Flecha gitanada
súplica escaldada.
Corazones martillados
en silencios son
ecos coloquiales
con las piernas atadas.
Gendarmes de
la soledad emotiva como
besos comulgantes
y depresivos.
Arropamiento
celestial de las palabras bulímicas.
Varicela de
luna áspera, dominante y someter.
Cinchadura del
mar en ojos copulativos al anochecer.
Galápagos de
la muerte añil en temidos calvarios.
Palabras de
gusanos picaflores agrestes y apaciguadores.
Pianola
vertebrada en rinconada ososa.
Paralítico renglón
de la cizaña madrugadora.
Lenguas
prietas en olvidos inútiles, anhelos ciegos.
Nacen
señoritas las sílfides astrales.
Piedra primaveral
del laberinto de cuerpos parduscos.
Matices alarmantes
y paleolíticos humanamente hablando
que escarban
sol patituerto,
amoríos entre
huesos proclíticos es la
desilusión valerosa
sobre puerta de los mares.
Retazos de
recuerdos envesados unidos al arte Olmeca
explican su
piadoso amanecer en un pétalo de sonrisa ictiófaga.
Ivette Mendoza