Y en cualquier momento, la ventana infinita
que se abre abarcando,
el silencio adherido y la caricia
inminente
pues la llama ha encendido
sorpresiva el amor distante
y una intrincada trama, radiante
entre diamantes
desafiando el espacio y el tiempo.
Y quizás el alma sea sólo su
misterio más incierto.
Ivette Mendoza