La gruta
es una sombra del insomnio
que bate las alas de los pájaros
prohibidos,
un último escape cuando el verdor se
agota
delante del alfa y del resplandor.
Liquidez de la llave que encierra
las horas
imperfectas, empujan con fuerza y
toman impulso.
Cantan a la gran multitud en pequeños
corazones.
corazones.
Cultivación de melodías que pueden
sorprender
la masificación infinita de sus
pecados
y luego se presienten en lo dulce y lo
amargo,
se sueñan, se dispersan, se adivinan
se sumergen cada vez más en los
cielos
para saborear con límpida avidez el celeste
licor universal;
se dejan sorprender en un beso repentino
se escucha la única nota de la marcha
triunfal
que despierta a los ausentes
con su negra pesadilla.
Ivette Mendoza