Ululante deshoje de pesadillas
florentinas
Verdor haciendo el amor detrás de
cerros hablantines
Amor y pesadillas van junto a la
botella que navega
Hacia mi silencio como ola degollada
cuando
Miran mis ojos soñadores un pedazo
de geometría
Inmaterial turquesa ya fruncida
Dulzura oceánica de pesadumbres que
fuman astros
En su quinta dimensión de corazones
inertes
Vencimiento de pacto pacifista entre
mareas
Deliciosamente saboreando guerras galácticas
Ensalada de gemidos dispuestos a
nacer en la no ya
Pesadilla de la savia y lujuria de
las hojas
Como un mal que se queda estancado
en la danza
Del
Kama Sutra
Como un reloj hecho de hormigas que
se quedan atascadas
En la garganta hasta llegar sin aire
a la cima guillotina, hoy
¡Cuida el eco de tu silencio
envejecido!
¡Lava los pies de los cuervos
inocentes!
La piedra en el pecho, el pecho en
la piedra
La oscuridad domesticada de fiera
hecha luz
Yo he apoyado al vacío que me
asignaba realidad alguna
Como ululante luz que me trae a ti
consigo
Dos mundos atrapados entre los
grandes placeres y el
Cabello rubio de un eslabón perdido
Ivette Mendoza