Peregrinación en muerte de relámpagos
libertarios
Cierra tus ventanas en el espacio
negro de la hierba,
Cierra tu elocuencia a la temerosa
sonrisa del escudo
Cierro mi dorso coronado de estatuas
con espinas
Cierro el sueño donde combato la levitación
de manzanas magras
Peregrinación en cólera de reyes,
vuelve al grito intermitente
De criaturas hechas trizas por el
filo de los mares
Cierra lumbrera llorada en el solsticio
de las aves, alas
Picos y elfos mudos que descifraron
el lenguaje de los fantasmas
Ojos que renacieron en el seno
lumbre de vasta expresión
En turbión de acero y huida babilónica
Calámbrica voz del soplido hecho cólera,
hecho mutuamente
De cerezos y escombros olor a madera
métricamente
Pancarta del dios azul que se
esparce en el nombre poseído
Cierro los remotos tiempos de insospechada
historia
El arsenal que me ataca dentro de
mis venas de dolor
Una tras otra ola de miedo suelta
libre al fragor de la
Mañana retoñando en el abedul
andariego
Cierra esturión carga conspirativa
de regresar a mi
Sombra que duerme sobre este espejo usurero
Cierra al final su costumbre
estallada cayendo sobre
La ternura monolítica y oceánica, levanta
muerte
Entre tus manos de
aserrín
Cierra en el nombre de la fe de mi alquimia increada
Ivette Mendoza