Es el canto único del pájaro triste,
el mar donde se hunden
las aguas saladas del deseo,
la tierra que espera
oírlos cantar
lágrimas
que le llueve a mi arcilla
humedad que envuelve mi alma
de hambre y sed.
La ronca palabra,
la débil semilla
la zarza que quema
el pájaro enjaulado.
El canto triste del amor,
batallas en su recuerdo,
canto del pájaro triste
enterrado en mi pecho.
Ivette Mendoza