La sutileza como fiel dictado
en mal momento rompió
mi arañado corazón
cuando ascendía
a su intrincado mariposeo.
Contra las microbianas lunas ungidas.
Contra sus encefálicos nombres.
Contra la rutina del linfático humor.
Dos rocas en exhalación
contra la inmune sensatez,
muy de cerca ya la murga
se reniega a veces
me niego a garabatear
¡Ah! dialogar en partitura
al brindis eterno
de los cuerpos
a la constancia de repetir
“Lo que no se hace consciente se
manifiesta en nuestras vidas como destino”
Ivette Mendoza
