Indefinible al encuentro,
Anochecido va tu rostro
Con su mirada azul que 
Brilla y lleva esperanzas.
Terso sobre mi piel,
Flexible con el tiempo
Dentro de una fábula de amor
Con tacto y con sentir
Con la irradiación nocturna 
Que nos une con 
Su presencia y sonríe de emoción 
Al apurar poesía en sus palabras.
A veces es angosta la puerta,
La puerta falaz
Para que las sombras no pueden
Resucitar jamás.
Un rostro de leyenda
Que abre el corazón sediento 
Por vivir y suspirar,
 Deja su inverosímil
Memoria intacta al crujir
Dentro de mi alma.
Ivette Mendoza
2015
