Brillante
deambulaba en el cielo
Una
estrecha luz
Que
entró en mi pecho
A
través de un tragaluz.
Yo
no me daba cuenta
Hasta
que perdí la cordura
Mi
corazón se llenó de amor y ternura
Y
mi alma hambrienta
Hoy
yace contenta,
Con
su mirada profunda,
Con
su corazón de aura rosada
Que
la lleva aliviada
Bajo
los pudorosos rayos del sol,
Y
me di cuenta que:
El
sueño es un majestuoso ensueño y
Esta
realidad es una falsedad
Que
solo recuerda
La
luz apagada.
Ivette
Mendoza
2014