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martes, 16 de mayo de 2017

Consabido quizás para el oído



Consabido quizás para el oído
ojos de la ronda ciega, reino dormido.
Destino del cántaro de agua,
vestigio de tu encanto, Managua.
Cenzontle hojarasca madroño,  
zarzales virginales en ti, retoños.
Desde las cumbres y los valles
desde la altura azul y blanca
allí me reconozco total y en detalle.
No vuelvas a ver hacia atrás
todo cae como piedra derrumbada
no vuelvas a ver hacia atrás
simulo una sonrisa aquí sentada.
Ven vamos te invito al carnaval
juega la ruleta, juégala leal
caricias besos amor gozo infernal.
Mañana gritos de ultratumba
mañana tu bailarás la zumba
mañana yo aquí desfalleceré
mañana aquí sentada moriré
y pondrás una flor en mi tumba
mañana yo me iré.
Ivette Mendoza
 

Estoy ausente



¡Estoy ausente! Sol renaciente.
Saturada entraña de la serranía;
sus verdes alas, la luz contracta,
el granizo azota la sierpe de lata
 y en espasmos estériles el barco hunde;
mar de estruendo, tierra etérea
saboreando astros la sombra delata,
entre corazón y corazón todo se funde.
¡Estoy ausente! Sol renaciente
campanas suenan ya transparentes
en el antiguo mundo lumínico y constante.
Talar a la madre selva nieve, llueve
Minotauro del poeta incomprendido
mueve a serenar mi descontento.
Ivette Mendoza
 

lunes, 15 de mayo de 2017

La tierra del índigo secreto



La tierra del índigo secreto índigo
bajo su paragua Aquiles la libera,
la convierte a sonetos y el suspiro renace.
Otras mundos vuelven a la vida,
nuestras vidas escalan el Olimpo,
y es cuando hemos alcanzado la cima.
El Olimpo sucumbe en nuestras manos.
Desde esta altura todo es índigo
que ondula secreto secretísimo.
Los dioses irrigan paz en la fertilidad
siempre y cuando se revele en sus entrañas.
Ivette Mendoza