Llovía y llovía gotas de ambrosía
llovía en tu pecho miel para tu alma,
dulces ansias en tus venas
roca tersa del mar.
Llovía y llovía sorbos de luz,
Llovía y llovía sorbos de luz,
liquida fuerza, causaba alegría,
causaba nostalgia, atraía cicuta,
florecía en la sangre,
de golpe en la garganta
cantaba veneno.
Llovía y llovía en tus cielos
a las seis de la mañana
la brisa húmeda en mi ventana,
se retuerce una flor en mis entrañas.
Ivette Mendoza