Un ser
fuego como tú.
Dios de un
relámpago
Con el alma
luz
Con la
mirada fija
Y el
corazón tierno que
A la
medianoche:
Nunca dice
adiós
Ni se niega
a la pasión.
No a la
bravura de una espina
Que en la
sangre pude ser necia
Pero en
carne y fuego, disfruta.
Me refugio
en la oleada de amores
Que deja la
frescura de tus besos
Y con el anhelo y la confianza
Se afianza.
Un ser
fuego como tu
Ilumina la
travesía del mañana
Y es la
dicha de mis días
Junto al
brillar de los albores.
Ivette
Mendoza
2015