¡Hola, hasta el ensueño, amor mío,
amor mío, la llave de mi alma!
¡Hola...! amor venidero, divino;
amor mío, la llave de mi alma!
¡Hola...! amor venidero, divino;
realidad en su ensoñación dulce.
¡Hola, hasta el ocaso! Un nuevo cielo,
revivir tu alegría con mi buena suerte,
y si mi amor te da el gozo,
alzo mis manos, aleluya a mi plegaria.
Soy para ti la rosa más hermosa,
y la ilusión del beso dentro del corazón.
Y abriendo esta pasión de mí existir,
acepto el fuego en nuestro porvenir.
Pedir permiso y volver a existir
barro y polvo, así nos despedirán.
Usa esas llaves, abre ante el alba
la prisión de nuestras almas.
¡Hola, hasta el ocaso! Un nuevo cielo,
revivir tu alegría con mi buena suerte,
y si mi amor te da el gozo,
alzo mis manos, aleluya a mi plegaria.
Soy para ti la rosa más hermosa,
y la ilusión del beso dentro del corazón.
Y abriendo esta pasión de mí existir,
acepto el fuego en nuestro porvenir.
Pedir permiso y volver a existir
barro y polvo, así nos despedirán.
Usa esas llaves, abre ante el alba
la prisión de nuestras almas.
Ivette Mendoza