Tan tranquilo, el inmenso mar
Tan tranquilo como tus labios de coral
Que mataron mil besos
Con el elixir de su éxtasis sensual.
Caricias anegadas a lo extraño de mi piel
Como el encanto de la noche,
Tan tranquilo como tus labios de coral
Que mataron mil besos
Con el elixir de su éxtasis sensual.
Caricias anegadas a lo extraño de mi piel
Como el encanto de la noche,
Como el ansia de una erógena lágrima
Como nuestros ojos que esperan ver
un nuevo amanecer.
Y la sonrisa que permanece ante la luz
que la provoca dentro de tu aliento
silencioso
o cuando el ave canta solo a las olas del mar
o cuando el ave canta solo a las olas del mar
su eterna melodía y rompe su
tranquilidad.
De ola en ola, de piedra en piedra,
de mar en mar,
arena ardiendo y naufragar.
Ivette Mendoza