Esa infinita manada de guirnaldas
Esa infinita manada de guirnaldas,
que recorre los sinuosos pasadizos del
cosmos,
¡Ah, nadie la atemoriza!
Una gota de átomo, hoy, incomprendida y
solitaria,
puede, sin embargo, ¡ah!, retener mi alma
desamorada, sin límites.
Una fealdad, en su pueril espectáculo,
jamás podría derrotar, ¡nunca!, el amargo
abismo
de unas pupilas nacidas para someternos.
¿No es acaso esa guirnalda la que
contradice el misterio,
de una osadía nutrida por un nombre sin
igual?
Nadie la seduce, ¡nadie!
Una lágrima perdida
hacia el humus zodiacal del llanto,
se muestra más vigorosa que estrellas
colapsando en galaxias inertes,
retozando en miles de agujeros negros
justicieros.
¿No es acaso igual que prepararse para una
conversación
con tintes apocalípticos?
Esa guirnalda, emergiendo en el horizonte
como una lógica picaresca y jocosa...
That infinite herd of garlands
That infinite herd of
garlands,
traversing the sinuous
passages of the cosmos,
Ah, no one frightens
it!
A drop of an atom,
today, misunderstood and solitary,
can, yet, ah! retain
my loveless soul, without limits.
An ugliness, in its
childish spectacle,
could never defeat, never!
the bitter abyss
of pupils born to
dominate us.
Is it not that garland
which contradicts the mystery,
of a daring fed by an
unparalleled name?
No one seduces it, no
one!
A lost tear
towards the zodiacal
humus of weeping,
proves more vigorous
than stars
collapsing into inert
galaxies,
frolicking in
thousands of righteous black holes.
Is it not the same as
preparing for a conversation
with apocalyptic
overtones?
That garland, emerging
on the horizon
as a picaresque and
jocular logic...
Ivette Mendoza Fajardo