Llueven llaves en gachos caminos
Llueven llaves en gachos caminos, en la
cerradura del cristal,
donde yo veo motas de cabelleras de
preciados pragmatismos dispersarse,
el ritual del ripio vagabundea, huérfano,
en mi causativo guardarropa,
rubor de lepra en iracundas plumas que yo
despliego,
glorificación de mieles glosemáticas en su
dulzura amarga,
yo siento la lexicalización mordaz de las
flores, anémicamente vívidas.
Mi pecho, metonimia del corazón, se
convierte en la filosa válvula de la filosofía,
mi alma, oxímoron de luz sombría, galga la
perseverancia,
con mis dedos, jardineros, podo el jardín
de rimas del poeta,
fileteo ternura, aprieto tornillo y
torniquete en la almohada.
¡Ah, cansancio delator! Yo te pregunto,
¿recuerdas?
cuando anhelaba el tropiezo su lavado de
cara,
la melanina me refila el inspirar
procordado,
mis labios, instrumento de percusión de
silencios y sonidos.
Entonces, veo una escuadra de hormigas,
paradoja de debilidad y fuerza,
trazando rayas sobre mi espalda, mapa de
mil estómagos hambrientos
que devoraron las ideas, en un banquete de
desesperación y creación.
Yo me pregunto, ¿falsea acaso el día su
intertextualidad,
por apiñar interrogaciones sin respuesta,
y humedades blancas de incógnitas
desveladas?
Keys rain down on
crooked paths
Keys rain down on
crooked paths, in the crystal's lock,
where I see motes of
hair of precious pragmatisms scatter,
the ritual of the
rubble wanders, orphaned, in my causative wardrobe,
blush of leprosy on
angry feathers that I unfold,
glorification of
glosematic honey in its bittersweetness,
I feel the sharp
lexicalization of the flowers, anemically vivid.
My chest, a metonymy
of the heart, becomes the sharp valve of philosophy,
my soul, an oxymoron
of dim light, strides the perseverance,
with my fingers,
gardeners, I prune the poet's garden of rhymes,
I fillet tenderness and
tighten the screw and tourniquet on the pillow.
Ah, revealing
weariness! I ask you; do you remember?
when the stumble
longed for its face wash,
melanin finely tunes
my preordained inspiration,
my lips, a percussion
instrument of silences and sounds.
Then, I see a squad of
ants, a paradox of weakness and strength,
drawing lines on my
back, a map of a thousand hungry stomachs
that devoured the
ideas, in a feast of desperation and creation.
I wonder, does the day
falsify its intertextuality,
by crowding questions
without answers,
and white moistures of
unveiled mysteries?
Ivette Mendoza Fajardo