Torrente de Esencias Intransitivas
Desde el candil persa
se derrama un torrente de esencias
sobre el bosque secular.
El esqueleto intransitivo
de las manoplas salvajes
duerme en la noche,
que huele a espuma y catarata.
Remonto, febril,
las mesetas rasgadas por la sed,
tiritando en la ceniza santa
de un azul inexplicable.
En pugnas diminutas
oscilan las caricias ciegas,
memorias eternas
bajo un relámpago absoluto.
Todo me sabe a dolor:
la congoja en el filo de agua nueva,
la cascada de hielos ardientes,
la riqueza de esta flor ensangrentada
y sus páginas vacías.
Todo me sabe a dolor
en este paisaje minúsculo
que tapa el vacío
de mi asombro.
Ivette Mendoza Fajardo