La Ruta Imprecisa
Desde lo alto contemplo. La mirada se agudiza
sobre arcos leves, faros que se adelgazan,
por llanos extendidos, donde los árboles
abrazan
la humedad del terreno que en silencio eterniza.
El río va trazando su ruta imprecisa,
atraviesa trigales, limonarios que se
enlazan,
y las orillas, verdes, musgosas, se abrazan
a la quietud del día que en mi corazón vuelve,
sumisa.
Vergeles que resplandecen con tonos
diferentes,
la tierra da su rostro sin pedir
recompensa,
y al final de la tarde, sin fuerza y sin
urgencia,
el mundo recibe lo que piensa.
Una corona de laureles baja a mi pecho
abierto:
son penachos silenciosos, sin fuego ni dulzores,
y el sol, al despedirse, sólo alumbra el
desierto.
Ivette Mendoza Fajardo