La mañana oscila alrededor de los párpados,
taladran los días, los pasos, el acaso, los nardos
labrando las cimas de la energía jovial,
proyectando tu rostro en el signo universal.
La tristeza capitana del verso, en el eterno
latir, o en la pausa del tiempo, ha de dormir.
Capitana de la sombra, capitana del silencio
Capitana de la sombra, capitana del silencio
colmando al mercurio mensajero, tus labios.
Inscripción de la palabra capullo destrenza
un reprimenda que empieza en el zumo
añil de mis lealtades, va el lamento borrándose.
Pensando en el alma y su piel original, pensando
qué hermoso es andar tras la lluvia y el viento,
ya en el cálido aluvión de lo último, desdoblamiento.
Ivette Mendoza