Mis palabras van regadas como rocío
del tiempo
como un mensaje de añoranza ,como una
canción
del recuerdo con las partituras de un
ancestral violín.
Explico mi razón contra tus sentidos,
contra tu alma.
Es difícil hilar sólida historia cuando
mi espíritu cruje,
se arroja mi corazón al agotamiento, inútil
anhelar hoy en día.
Alondra de esta orilla poco a poco, enclenque, pierde la batalla,
exhausta la idea y este cuerpo en ascenso
llega a la cima del alma
o fijo a la memoria.
El axioma de pensar lo cabal cabalístico
es la doble sonrisa.
El tacto de esta marea ahoga toda luz
y muere impaciente.
La soledad en mi paladar despierta
una nueva filosofía venturosa
por eso tú eres el señor y dueño de
mis sueños donde nunca sabes
a donde te llevan.
Ivette Mendoza