Cuando al final conseguí estar
comprometida,
El tramposo no supo llevar a
cabo su cumplimiento
Y la burla de los necios
tocaron mi alma en su
Acompañamiento.
Sus palabras fueron el
flemático opio que adormeció
Mis ojos en su sutil encantamiento.
De la iglesia salía diciendo
que de este tramposo
Solo mala suerte venía; cabeza
iracunda, furioso.
Más mañas de zorro y hocico de
lobo eso traía.
Una gota de amor que nada se
hizo
Un amor que era dañino y
postizo.
Ivette Mendoza