En el centro de la gruta más
misteriosa
En el reloj de arena del tiempo más
lejano
En el calor que guarda la nota más prudente
En la sola veracidad de tu cuerpo sucedido
En la impalpable región de las nereidas
En el fondo noctívago de tu
ausencia
En la melancólica y pura esencia
del mundo
En la niebla nada más, la triste niebla
En la niebla nada más, la triste niebla
En la sombría hoguera de tus párpados
en el cual se anuda la vida hacia
la inmortalidad
escudriño la visión de tu presencia, descifro el origen
escudriño la visión de tu presencia, descifro el origen
de amarte y no pensar, selectiva
afinidad.
Ivette Mendoza