Suave, suave, suave la música
fulgurando entre las rosas.
Brotó del paraíso triste.
Brotó del sol con la fruta del sueño.
Llovía estrellas en mi alma.
Con la inquietud el mundo palpitaba.
Delirante regreso a tu mirada.
Solitario, solitario tan solo solitario.
Solitario, solitario tan solo solitario.
Ivette Mendoza