En sutiles universos cuerpo, alma y espíritu vivimos
a las siete hermanas pléyades los ruegos del pecado;
el rojo de sus hermosuras con sus penachos divinos
extrajo en nuestros labios el néctar embriagado.
Nómadas monarquías sombrías y
majestuosas,
vespertino hiperbóreo de bronceadas campanillas
tocaron anunciando las más inteligentes musas
que venían de nubes de gasa y de estrellas amarillas.
Y empezó la fiesta, el baile, empezó el revuelo.
hacia el blanco ideal como gaviotas alzaron vuelo
y descendieron caminando hacia la luz de rodillas;
de rodillas pecaron y pecaron con las alas frías.
IvetteMendoza