Un gran estruendo de música y salsa
que agita y retuerce las caderas,
unas piernas ardientes, fragua de volcán
mueve la cintura y el corazón. Arranca
y arranca.
Una marimba fogosa, humosa,
que se entona
por el intrincado trópico de mi
adentro.
Con el batir de pinolillo, al son de los
dos bolillos
empieza la suave melodía
y se vuelve activa y dominante
para poder ablandar la aspereza del camino.
Vamos manos, pies, millas de juventud
agita y suena a toda magnitud.
Un paso adelante, media vuelta, otro
para
atrás, mientras tanto saca el llanto a borbotones
con el tambor sonoro de tus labios y de nuestras
rítmicas pasiones.
rítmicas pasiones.
Ivette Mendoza