Fue modulando — aullido mesiánico, caricia samurái,itinerario fractal de mariposas en espirales de neón,
amplitud de émbolos, cicatrices en fuego virginal— síncopas,
nos desintegra en siluetas de códigos errantes,
un llanto polemista, pixelado;
marchamos hacia naciones no cartografiadas de solsticios
fracturados,
en rondas despestañadas — amor encriptado, penitencias
difractadas, dolor cuántico.
Como Sor Juana Inés de la Cruz, como Dante solían
caminar en el celaje de los páramos:
Inés, poética, sabia y perspicaz; Dante, lleno de enigmas,
bebían el elíxir de sus silencios pendolarios...
"Can we ever
outrun the shadows of our own deeds?"
Fue así, improvisando nuestra plegable
perplejidad ante querellas del recatado espacio en gentilezas
purificadas,
la expresión puntual de la fuga rebosante en propulsión a chorro,
y el inexplicable beso silogístico que somatiza la espera del
légamo machado.
Ivette Mendoza Fajardo
amplitud de émbolos, cicatrices en fuego virginal— síncopas,
nos desintegra en siluetas de códigos errantes,
un llanto polemista, pixelado;
marchamos hacia naciones no cartografiadas de solsticios fracturados,
en rondas despestañadas — amor encriptado, penitencias difractadas, dolor cuántico.
caminar en el celaje de los páramos:
Inés, poética, sabia y perspicaz; Dante, lleno de enigmas,
bebían el elíxir de sus silencios pendolarios...
"Can we ever outrun the shadows of our own deeds?"
Fue así, improvisando nuestra plegable
perplejidad ante querellas del recatado espacio en gentilezas purificadas,
la expresión puntual de la fuga rebosante en propulsión a chorro,
y el inexplicable beso silogístico que somatiza la espera del légamo machado.
Ivette Mendoza Fajardo