En cualquier momento suenan las roconolas de las
cantinas del
Mercado oriental. En su trono Poncio Pilato rodeado de
cepillos.
Hay música en el Carmen, Daniel está contento.
En cualquier momento pueden reunirse los del CPC
Y los chismes llegan bien directo a la primera dama.
En cualquier momento cambian a su gusto la
Constitución
Con ayuda de otras aves rapaces.
Y se cubren las mentiras. Una nueva ley que los
beneficia se dicta.
En cualquier momento la constitución puede entrar en
agonía.
Es el momento de cavilar y hacerse el dundo por si
alguien pregunta.
Afuera el Cenzontle canta melancólico con sus alas
rotas
Bajando a la tierra. Es el momento de la oscuridad.
Y la chayo en sus ritos esotéricos clama a Dios y
clama al diablo,
Mientras otros siguen de brazos cruzados.
Ivette Mendoza
2015
Inspirado de poema de Ernesto Cardenal
Es la hora en que
brillan
Es la
hora en que brillan las luces de los burdeles
Y las
cantinas. La casa de Caifás está llena de gente.
Las luces
del palacio de Somoza están prendidas.
Es la
hora en que se reúnen los Consejos de Guerra
Y los
técnicos en torturas bajan a las prisiones.
La hora
de los policías secretos y de los espías,
Cuando
los ladrones y los adúlteros rondan las casas
Y se
ocultan los cadáveres. Un bulto cae al agua.
Es la
hora en que los moribundos entran en agonía.
La hora
del sudor en el huerto, y de las tentaciones
Afuera
los primeros pájaros cantan tristes,
Llamando
al sol. Es la hora de las tinieblas.
Y la
iglesia está helada, como llena de demonios,
Mientras
seguimos en la noche recitando los salmos.