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sábado, 18 de junio de 2016

Estruendos



Estruendos de la lágrima, espada
por el tercer ojo, luz amarilla, alucinada.
La vida del corazón, la límpida razón
en algo busco su mundo estremecido.

Piruetas de palabras, sobre la amplitud
de su claridad suenan las campanas,
nacen espigadas.

Apenas empiezo a descifrar el vínculo
inminente de la maraña sosegada y el
álamo de la sombra que inventan el
pensamiento del espectro dueño de
las noches.
Bienaventurada sea la nieve oscurecida
que en sus huellas dactilares lleva
colgada sus mejillas sonrosadas y hoy
por hoy son labios, mañana burbujas.

Seguramente mi grito se va yendo, se
alarga dentro del eco y a ti te asusta
y te atraganta, nadie soporta su peso
irremediable, se disuelve entre las brumas.

¡Oh mundos mudos! Oculta fuerza de
mares sepultados, En el páramo gris
que siempre estoy hilando con todos
mis sentidos empiezo a ser rio, empiezo
a ser espuma, a ser el pez radiante
cautivada en tus brazos.
Ivette Mendoza

viernes, 17 de junio de 2016

Mis pupilas en las letanía

 
Mis pupilas en las letanías de laberinto
La fogosidad de la voz que desaliña el cabello del corazón
Espasmos dactilares que nutren los costados de mi alma
Hay tardanza en los colores prismáticos de mis muslos
Cinco uñas que me rascan las entrañas y me hacen trizas
Voy aglutinando el ruido ya vivido y el que está por venir
La inquietud del ahora y la torpeza de la lagrima
Tú caes como un objeto invisible al guindo
En el torrente primaveral se extingue mi carne
Tu musculatura es la fuerza obcecada de mis dientes
Soy tan solo un zombi ambulante por las noches demenciales
La imagen de Lenin en la etiqueta del Vodka
La verborrea craneal y el instinto animal que la agita
Somos dos seres cosechando a su paso estrellas y baladas
Como eco fantasmal una lejana guitarra viene naciendo
Soy un viento de mirada intensa que tiembla en la pradera
En el club barroco se quedaron ausentes mis labios
La sinuosa congoja se abre a la conjugación de los recuerdos
Cansa la deshonesta voz que se convierte en lenguas de fuego
Látigo que me azota bajo la luz contaminada
Me invento en la sombra del candelabro y sus decires
Somos una mancha en la pared difícil de borrar
Hoy te siento tiernamente como un suspiro al
suspirar
Ivette Mendoza

jueves, 16 de junio de 2016

En el jardín



Tu alianza en el jardín y sus anchos portales,
sombra laboriosa que eructa la araña
donde Virgilio atisbó la luz
y se afanaba enseñando estrellas.
Jardín que se contempla desde el balcón
mientras la brisa queda quieta
como silencio de terciopelo
como un punto acariciando tus labios
junto al suave aliento que exhala tu nariz.
Mana de la cascada de tus ojos
una lluvia de praderas
donde los días sueñan en las noches
y las noches en los días.
!Asómate al jardín!
En el surco de la tierra, el reflejo triunfante.
Cielos comprimidos, calistenias de la rosa
semejante reciben el mandato de tu mirada.
Cuando nuestras manos se entrelazan
sentimos la misma sensación
de estar en el jardín de anchos portales
y quemamos el amor en aguda lucidez.
Ivette Mendoza