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domingo, 13 de diciembre de 2015

Mañana hermana

La mañana me hablaba y me daba
Su suave compañía y yo sentía
Las horas más sensatas como sonatas
Y le rendía pleitesía.

Corría insaciable segura de esperanza
Por eso me inspiraba su confianza,
No era mañana dudosa solo hermosa,
No era un juego, menos fuego
Era ella una aventura de la natura
Que lucía luciente y sonriente
Y consciente entre la gente.

Por esta fecha se mira satisfecha
Y me lo hacía saber que yo podía entender
Y también la podía ver,
Por eso me iba a favorecer,
Admirándola y gozándola en cada amanecer.

¡Oh Dios me la puso para buen uso!
Ahora soy merecedora de esta nueva aurora
Que el Señor me manda con mucho amor y dulzor.
Ivette Mendoza
2015