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martes, 29 de diciembre de 2015

Hoy de Managua

Hoy  de Managua muchas albas
Me han envuelto,
Pues nunca olvido su alivio y su blancura
Aunque un día salí de sus brazos
Dejando mis huellas por esas calles
Con ritmos y números exactos, yo sentía
Que a mí nunca se me había perdido nada.

Pero su eco en mis oídos todo lo decía,
Era como una melodía que se repetía y que entristecía y
Que el tiempo me llamaba, y me llamaba solitaria,
Pero ella todavía en el alma no ha muerto
Porque prende el fuego que apaga la tormenta
Y como una herida descansa en mi pecho.
Ivette Mendoza