La furibunda marea añora tu presencia.
Entre tempestad y tristeza, entre
astucia y suplica, entre el himen y
el tesón de la ternura, su causa y efecto.
Observo bajo el árbol de la vida del alfa y del
omega
el anémico elixir que reclama tu nombre.
Tu mirada como siempre asoma entre eternos silabeos
Tu mirada como siempre asoma entre eternos silabeos
bajo el rastreo infinitesimal de cascadas ciegas
con la suave niebla de las mañanas.
con la suave niebla de las mañanas.
Ivette Mendoza