Corta el cristal la inmortalidad de las maldiciones
Corta el cristal la
inmortalidad de las maldiciones
Necesito un apio de instinto
inalterado orgullosamente
para hacer de esta tempestad
sectaria un poro con ideas,
para promover esos caminos
de espinas trabalenguas
hasta la aleatoria eucaristía
de ese éxtasis desahuciado
Tu lírica proyectada de
clavija disgregando incurias
Lamedura en redoble de pecho
casi duro rechina papujado
Parafrasea este penacho revoltoso donde torpedea el orbe
sus reprensiones
Su talle única con abadejo,
su valor incrementando en el infortunio,
su raigambre de júbilo
ombliguero, el magma voraz de su
termocautiverio
allega al dequeísmo de mis
decantaciones
y me cosquillea esa turbación
hecha pantomima
Rememórame - Arrebújame
Esta pasión diagonalizada va
alterando lunas deslustradas
y el ocaso lesivo ronda en la
cúspide de mi tormento primigenio
Ivette Mendoza Fajardo